Atrás hemos dejado el molino y huertas del tío Sastre, continuemos por la senda que discurre paralela al Linares.


3º.- Molino de la "Santos".

Cerca de la villa, a la derecha del camino y a la izquierda del cauce del Linares, encontramos el molino y los huertos de la "Santos". Es llamado también el de los hermanos o "Los Huérfanos", por ser su titular Cristóbal Calvo, y los hermanos: Teógenes (dueño del molino de El Collado), Vitoriano y Felisa huérfanos de padre y madre.   

Conocido con este nombre por ser el de la última molinera, María Santos Rodrigo. Era la esposa de Cristóbal Calvo Izquierdo el que anteriormente allí hacía la molienda, a los que se acercaban al molino y de los granos que con su recua recogía en los pueblos. 

Era marzo de 1958, la “exclusiva” regresaba de Soria con destino a Calahorra. En el puerto de Oncala, nieve, hielo y una avería del motor; el autocar con viajeros sufre un accidente y vuelca. Cristóbal Calvo, era uno de sus ocupantes, molinero de profesión que a San Pedro Manrique regresaba. Allí, cerca de la Caseta del Puerto, encontró la muerte. Nieve blanca, negra nieve.

Un mes antes, en febrero, en una página del periódico Pueblo, una foto y a pie un texto: En Oncala solo hay dos mozos y un par de viejos. Y Cristóbal Calvo, el molinero, que, a lomos de “Moro” y “Alegre”, reparte las sacas de harina. 

A mediados de la década de los setenta, una venta y Pablo Espuelas del Rincón es su nuevo propietario. Hoy edificio conservado y huertas trabajadas esperando sus frutos. Esfuerzo e ilusión y alrededor de la mesa, con muela francesa reutilizada, el ciclo de la vida continua. 


4º.- Molino del tío "Sastre de Abajo"

Molino y huerta se encuentran a unos pocos metros del anterior, es el segundo molino de los Sastre. Nombrado también como del Perul, nombre del paraje y de uno de los despoblados de San Pedro Manrique.

Una cartelera hoy casi indescifrable, pintada a finales del XIX en mayúsculas y con falta de ortografía, nos habla de su propietario: “MOLINO DE LUCIO CALVO HE HIJOS”. 

A su huerta la muerte un día llamó, interés con anterioridad expresado y sobre el negro familiar de la vida, el deseo se cumplió. De Calahorra son sus actuales propietarios, apellidos nuevos mantienen este edificio centenario. 


5º.- Molino del "tío Juan". 

El Linares hace una curva de ballesta y continúa dirección a la mar. Nosotros también avanzamos, seguimos el camino y en la margen izquierda del río vemos un nuevo molino. Descendemos por una senda hasta llegar a la balsa hoy vacía, en cuya pared vemos una inscripción "AÑO 1945". Es conocido como molino del tío Juan (Juan Garrido Pastor).


Una compra, una familia con un objetivo, su rehabilitación. Molino, edificios anexos y huertas, mucho esfuerzo durante un tiempo. Hoy una obra inacabada, en espera de una posible venta

Es sin duda uno de los molinos con más posibilidades de actuación, aún se está a tiempo para que no desaparezca el rico patrimonio hidráulico. 


Si se adquiriera para utilidad pública aunque sólo fuera un molino. Si se empleasen recursos municipales o mancomunales para su rehabilitación. Si se cofinanciara un proyecto como un Programa Mixto de Formación y Empleo. Si se limpiara el exterior, acequia , balsa y huertos. Si se actuara en el edificio y sus instalaciones. Si se pusiera en funcionamiento de forma ocasional. Si se hiciera un centro de interpretación de los molinos harineros del Linares. Se recuperaría patrimonio etnográfico con un gran valor simbólico y ya tendríamos un atractivo más para el desarrollo de la zona.

Titulares de prensa, bonitas palabras largo tiempo escuchadas. Sinergia, revitalizar, dinamizar, fondos contra la despoblación, poner en valor el patrimonio histórico y cultural, turismo generador de empleo y actividad económica, … Por desgracia, sólo palabras que se lleva el viento.


6º.- Molino del "tío Paco".

Continuamos la ruta de los pueblos abandonados, desde el camino vemos un nuevo molino en la margen derecha del río, es el molino del tío Paco. 

Construido bajo una gran peña que le da cobijo estuvo en funcionamiento hasta finales de los cincuenta, es conocido también como el Molino de la Peña. 

Dejamos el camino y por un sendero descendemos hacia el río, cruzamos un moderno puente de cemento y avanzamos unos metros hasta llegar a una pared de piedra. Accedemos a un pequeño corral empedrado donde se encuentra la puerta para entrar al interior del molino. Un cartel en la madera, un ruego y un deseo en mayúsculas: "PROPIEDAD PRIVADA. POR FAVOR NO ENTRAR. NO HAY NADA DE VALOR. GRACIAS". 

Conservado por Javier y Consuelo con esfuerzo, tesón y amor; pese a desaprensivos insensibles, amantes de lo ajeno. 

Construcción de tres alturas, fue vivienda para la familia y lugar donde se realizaba la molienda. Vemos otros edificios menores anexos a él, necesarios para la vida diaria, y que en la actualidad se encuentran en ruinas. 

Es en mi opinión el otro molino del Linares que tiene más posibilidades de actuación. Salud le deseo para continuar erguido bajo la roca y que pueda seguir escuchando el sonido del agua al pasar.


7º.- Molino del "tío Mateo",

Seguimos el camino entre rocas, impresionante paisaje, horizonte despejado y chopos en la rivera del desfiladero”. Abandonamos nuestro camino y tomamos el que nos conduciría a Ácrijos y Cornago, antiguamente transitado por personas y caballerías en viajes de ida y vuelta. Ruinas de la fábrica de batanar y paños, impulsada por las aguas del río Linares, de Cenón Alfaro. Cruzamos el viejo puente de piedra sobre el Linares. Huertas a ambos lados del camino, ya vemos la balsa y el molino del señor Mateo. Estamos en el paraje llamado “Puente de Cornago”, a dos kilómetros y medio del pueblo de San Pedro Manrique. 

Al río ya no llega la sangre, no se tiñen de rojo sus aguas. La flora acuática y fauna se van recuperando, tal vez vuelvan peces y cangrejos, ahora alguna nutria y castores invasores. Cuidemos, respetemos, no demos la espalda a nuestro río. 


En julio de 1880 don Norberto Garrido Rodríguez, vecino de San Pedro Manrique, presenta instancia con los proyectos necesarios solicitando poder construir el molino. Llega septiembre de ese mismo año, el Gobernador interino, Aurelio Cabeza, acuerda conceder la autorización solicitada, para utilizar aguas del río Linares como fuerza motriz, de un molino harinero que intenta construir en terreno de su propiedad. Grabado en una piedra de la puerta de acceso aparece una fecha: “AÑO 1881”, es el año de su construcción.

El último en moler en este molino fue Mateo Garrido, apellido de molineros que continúan con el oficio en el pueblo de San Pedro Manrique. 

Ilusión en el comienzo del siglo XXI, juventud y un compromiso con el patrimonio. Ana, Víctor y Juan, una compra y un objetivo: su reconstrucción. Tiempo, largo tiempo de esfuerzo; arena, tejas, maderas, tablas, etc., acarreadas por la senda de herradura, pero sin duda buenos tiempos. Juan Catalina continuó como dueño único, él y los suyos más esfuerzo, más ilusión en el tiempo y una restauración casi completada. Una experiencia personal enriquecedora, reconstrucción material que ayuda a construir la propia vida.  

El año 2010 llegó y Jean Paul H. “el belga” compró el molino, allí continúa con su vida y su arca de Noé. Un hombre de mundo, en la soledad y la belleza del enclave, mantenimiento, recuperación e ilusión. 


8º.- Molino "La Central".

Avanzamos por la senda, que entre pinos de repoblación, nos conduce hasta el término de Vea. A mano izquierda nos encontramos con un edificio hoy en ruinas, fue construido por Rafael Aragón Vigas y es conocido como el “Molino de la Central”En sus inicios molino harinero, pero a partir del año 1911 también pequeña central eléctrica.

En el año 1.883 don Rafael Aragón y Vigas, vecino de San Pedro Manrique, presenta en el Gobierno civil de Soria una instancia solicitando autorización para construir un molino harinero en dicho término al sitio denominado los Carrascales. Utilizando al efecto como fuerza motriz las aguas ordinarias del rio Linares y las que se puedan aprovechar del barranco de San Fructuoso, en época de sequía. 

Con el molino construido, en septiembre y octubre de 1888, se publican anuncios arrendando dicho molino. "El que quiera tomar en arriendo de un molino harinero en el rio Linares, término jurisdiccional de San Pedro Manrique, puede pasar a tratar con su dueño Rafael Aragón, vecino de dicha villa".   

Una nueva necesidad, el alumbrado público, nace en la primera década del siglo XX. Así, el diez de agosto de 1904 tendrá lugar en la sala Consistorial de la villa de san Pedro Manrique la subasta para el suministro de alumbrado eléctrico, consistente en dos focos de 20 bujías y cinco de cinco que estarán encendidas durante todas las horas de la noche en todo tiempo. El tipo de subasta son 650 pesetas anuales y el servicio será adjudicado al licitador que en igualdad de condiciones dé el precio menor. La subasta se realizará bajo pliego cerrado.

Ante esta necesidad, alumbrado público y luego de hogares, dos de los molinos existentes realizan las obras necesarias para compatibilizar la molienda y la producción de energía ecléctica, son el Molino de la Central y el de la Media Legua, en el término de Vea. 

En el mismo edificio del molino del Sr. Aragón, en un nivel inferior se realizan obras de acondicionamiento y se instala la maquinaria necesaria, para que con la misma agua, que mueve el harinero, se pueda generar energía eléctrica. Una turbina hidráulica alimenta, mediante ruedas y correas de cuero, un generador para producirla y mediante cables de cobre, a través del tendido aéreo la transportaba a San Pedro Manrique. Es el 5 de julio de 1911 cuando se inauguró el alumbrado público eléctrico de la villa, que la casa Forns y hermanos de Zaragoza, instaló por cuenta del propietario y farmacéutico D. Leandro Aragón Luis

          

En ese momento van bastantes avanzados los trabajos de la "Sociedad eléctrica de la media legua" que muy en breve quiere dar luz a sus abonados, pues la casa del Sr. Banrdes de Tolosa tiene deseo de hacer una gran instalación eléctrica. De este Molino de la "Media Legua" hablaremos en la próxima entrada de este blog.

En 1933 se publica un anuncio en el periódico el Avisador numantino. Central Eléctrica. Se vende la única existente en San Pedro Manrique, con buen salto de agua, turbina y alternador “Siemens” en buen estado, y motor “Ruston” 27 H. P. nuevo. Para tratar y ver dirigirse a Julián San Miguel Barrero, en dicha villa. Así mismo en Junio de 1934 se aprueba por el Gobernador civil el expediente incoado por D. Julián San Miguel Barranco, como administrador de la Electra Sampedrana domiciliada en San Pedro Manrique, solicitando la aprobación de tarifas que viene aplicando a sus abonados de fluido eléctrico en la población de San Pedro Manrique de esta provincia.

El molino harinero y la central eléctrica arruinados y el aprovechamiento de aguas extinguido. “Por acuerdo del Comisario de Aguas de la Confederación Hidrográfica del Ebro de fecha 11 de diciembre de 2009, se ha iniciado de oficio expediente de extinción del derecho, por interrupción permanente de la explotación durante más de tres años continuados, del aprovechamiento de aguas otorgado por Real Orden de 22 de marzo de 1912, a favor de Leandro Aragón derivadas del río Linares, en el término municipal de San Pedro Manrique (Soria) con destino a fuerza motriz, inscrito con el N.º 26792 del libro de Aprovechamientos, …" (B.O.P. Soria 28 de mayo de 2010).


Quiero terminar la entrada con un homenaje, son unos nombres en el recuerdo, la relación de saltos de agua radicantes en San Pedro Manrique en el año 1939.

Hs. Gabino Hernández. Linares y barranco de San Frutos. Salto 10 metros.

Juan Garrido Pastor. Salto: 6 metros.

Matías Izquierdo. Salto: 3 metros.

Julián San Miguel Barrero. Salto: 10 metros.

Francisco Marín Jiménez. Salto: 3,90 metros.

Faustino Aragón Bachiller. Salto: 10 metros.

Luis Sáenz. Salto: 3,50 metros.

Narciso Calvo. Salto: 3 metros.

Mateo Garrido. Salto: 4 metros.


En una próxima entrada hablaré de los molinos en ruinas existentes en los términos de Vea y Villarijo.


En los ríos Linares, su tributario Ventosa, y Valdeprado, a ambos lados de sus cursos, se construyeron varios molinos harineros y alguna fábrica de paños.

La mayoría de los existentes a mediados del siglo XVIII en la Mancomunidad de Villa y Tierra de San Pedro Manrique, ya comentados en una entrada anterior, eran de propiedad privada. Uno pertenecía al mayorazgo (el derecho del primogénito de la familia a heredar los bienes) que fundó Jorge de Gante, otros a capellanías (fundaciones en las que los bienes quedan sujetos al cumplimiento de misas y otras obras pías) y el municipal de Vea, que era propio del concejo y vecinos.

Foto: Blas Gonzalo

En las primeras décadas del siglo XX ante una nueva necesidad, el alumbrado público, algunos de ellos se adaptaron para convertirse también en pequeñas centrales eléctricas. Fue el caso de Las Cuerdas, La Central, La Media Legua, Municipal de Vea y el de Villarijo. A partir de mediados de ese siglo comienza la decadencia de estos molinos hidráulicos, fueron sustituidos por fábricas de harina que empleaban como fuente de movimiento el motor de gasóleo o la electricidad. Lo mismo ocurre con los molinos-centrales eléctricas con la llegada de grandes compañías de distribución, que comienzan a proporcionar fluido eléctrico a los pueblos.  

Han sido doscientos años de evolución, en este periodo de tiempo llegó el final para alguno, mientras que otros se reformaron, y se construyeron otros nuevos. Cambios en los nombres que realizan la molienda, nuevos titulares de la propiedad por herencia familiar, por haberlos comprado, o alquilado. 

En la actualidad los hay que tienen vida, algunos continúan en pie gracias al amor y esfuerzo de sus propietarios y muchos quedan en el recuerdo o en ruinas. Vivamos ese patrimonio hidráulico que está desapareciendo para siempre, respetémoslo y luchemos por su conservación, es una obligación generacional que tenemos para legarlo a las futuras generaciones.

En estas entradas comentaré algo de su historia, aparecerán nombres de molinos, se corresponderán con sus titulares en la década de los cincuenta o sesenta. Serán entradas que iré ampliando con nuevas aportaciones, personales o de los lectores, para un contenido definitivo. 

Molinos en el río Linares:

Me presentaré: soy el Linares, soledad, belleza y hoy abandono. En otros tiempos, fui el río de la vida. Mi nacimiento es en la Dehesa Boyal del pueblo de Oncala, en la fuente del Tocón. En mis primeros años y juventud recorro la provincia de Soria hasta llegar a Villarijo. A mi cauce, por ambas márgenes, se van incorporando aguas de barrancos: la Vaqueriza, El Cayo, Vallejo, Valhondo, Zarzuela, San Fructuoso o Prado Redondo; de pequeños arroyos: la Dehesa, Valdeavellano, Horcajo, Ambrigüela, Soto o Valoria; y del río Ventosa. Mi vida continúa en la vecina y hermana La Rioja. Allí en el término de Cervera, aumento mi caudal con las aguas del Alhama, que lleva las recogidas del río soriano de Valdeprado.


Molino de Oncala:

Hoy desaparecido.

En el Nomenclátor histórico, geográfico, estadístico y descriptivo de la provincia de Soria. Manuel Blasco Jiménez. 1909. "El río Cayo, uno de los dos que nacen en el término, y que unido al otro, llamado Tocón, impulsa un molino de harinas".

En el Porvenir Castellano de 12 de junio de 1913 leemos: "Por D. Julián Gil, vecino de Oncala, se solicita autorización para llevar a cabo una instalación eléctrica para alumbrado de dicho pueblo, por lo cual, y con objeto de producir la energía, se instalarán las maquinas necesarias en un molino de su propiedad situado en dicho término municipal"(Julián Gil Torre, casado con Justa Pérez Barrero, fue alcalde del pueblo, falleciendo en 1939).

Según Pedro Iglesia Hernández en su libro Oncala ayer y hoy : “El primer molino estuvo hace cien años pasado el prado de la Solana, junto a unos huertos en la margen izquierda, queda aún una acequia que llaman Molino Caído, que viene desde la calleja por encima de la Huerta del Medio y continua la caja hasta el Prado Molino. En el año 1920 ya no funcionaba”. “ Este es el molino que tenía alquilado el padre de D. Emeterio Félix García y en 1850 sufrió un accidente que narra en su Biografía del castellano de Oncala a causa de la cual perdió la vida su hermana”. 

Los tiempos han cambiado y una nueva posibilidad para la molienda se ofrece. Es el molinero quien con sus caballerías va a recoger el grano, lo muele en su molino y lleva la harina a la casa. La maquila es mayor, pero es una buena solución sobre todo para los pueblos merineros, donde en invierno, apenas quedan, mujeres, mayores y niños. Es la década de los cincuenta, Cristóbal Calvo es el molinero, que a lomos de sus caballos, “Moro” y “Alegre”, reparte las sacas de harina en Oncala, El Collado, San Pedro Manrique o San Andrés de San Pedro. 


Molino de El Collado:

El edificio en la actualidad se encuentra en ruinas y cubierto de vegetación. El último molinero fue Teógenes Calvo Izquierdo. 

En 1909 Manuel Blasco nos dice en su Nomenclátor, que tiene "El Collado un molino harinero que funciona por temporadas".

Este es el anuncio que aparecía publicado en los periódicos sorianos de diciembre de 1930. “Molino.- Se arrienda o se vende uno en el pueblo de El Collado, con dos molares, limpio y cernido. Dirigirse a Restituto Espuelas, en el Collado (Soria) o a Benigno Espuelas, en San Andrés de San Pedro”.

Eran finales de los cuarenta y el molino allí estaba. Una compra, un proyecto y la ilusión. Sangre molinera de San Pedro Manrique, Teógenes Calvo “el Chato” (su hermano Cristóbal poseía otro molino en San Pedro Manrique) y sangre de Castilfrío, Anastasia Cabezón. Lo arreglaron, hicieron nueva casa-vivienda, en él vieron y allí nació nueva vida. 

A comienzos de la década de los sesenta se trasladan, misma profesión pero en otra ciudad, Andújar. El molino se vendió, nuevo propietario, Irineo Fernández de la vecina Oncala, pero ya no volvió a moler. El tejado se desmontó, la ruina llegó, entre los escombros no se ven tejas.


Molinos en San Pedro Manrique:

Según el Nomenclátor de Manuel Blasco Jiménez. Año 1909. "Tiene dos fábricas de hilado de lanas con el privilegio de colonias determinado en la ley de 3 de julio de 1868 e impulsadas por el río Linares que baña la villa y presta movimiento a cinco molinos harineros".

Nos habla Manuel Blasco de la existencia de dos fábricas de hilado y lanas.

.- Año de 1895. “Se arrienda un magnifico local en San Pedro Manrique para fabricación de Paños o Harinas con abundante agua todo el año; para informarse en el mismo pueblo a Salustiano Hornillos”. (Salustiano Hornillos de León fue maestro de San Pedro Manrique durante muchos años, hasta su destino en 1911 a El Burgo de Osma).

.- Año de 1904. Se arrienda con o sin parroquia, una fábrica de hilados y tejidos de lana, en San Pedro Manrique. Para más pormenores, dirigirse a la señora viuda de G. Guillén, residente en dicho pueblo”. (Gregorio Guillen y Sánchez natural de Yanguas casado con Irene Sánchez Malo y Oñate, natural de San Pedro Manrique).  


Con anterioridad ya existieron fábricas movidas por las aguas del Linares. 

.- En el Boletín Oficial de la provincia de Soria de 1868. Anuncios particulares. “D. Bartolomé Ponce, natural de Tarrasa, Cataluña, ha establecido en la villa de San Pedro Manrique, provincia de Soria, una fábrica de paños, impulsada por las aguas del río Linares, y con todos los adelantos de la época; procurando satisfacer los deseos de todo el que honre su establecimiento, tanto en la clase de género como en su equidad. Además el que quiera fabricar paños, tejer, batanar, tintar, hacer hilados de lana, etc., por su cuenta, y para usos domésticos, será servido con puntualidad, esmero y economía”.

.- En el año 1871. D. Cenón Alfaro ha establecido en la villa de San Pedro Manrique, pueblo de su naturaleza, provincia de Soria, una fábrica de batanear paños, impulsada por las aguas del río Linares, y montada con todos los artefactos y últimos adelantos de la época; procurando dejar satisfechos los deseos de los que honren su establecimiento tanto con la equidad como con la bondad de género, añadiendo a esto la circunstancia inapreciable de la brevedad, puesto que en el espacio de cuatro horas abatana 60 varas, o sean 15 varas por hora, según tendrán lugar de experimentar los favorecedores, a los que se les servirá con puntualidad, esmero y economía”. El 16 de febrero de 1882 se declaró un violento incendio en esta fábrica, habiendo sido pasto de las llamas todos los géneros que encerraba el establecimiento, que era lo que constituía su fortuna. No ocurrieron desgracias personales. (Cenón Alfaro Carrascosa fue alcalde de la villa).


Hablaré ahora de los molinos harineros siguiendo el cauce del Linares. 

1º.- La fabrica o molino de "los Aragonés" o del Sr. Rebote.

Se encuentra en la parte baja del pueblo, el edificio actualmente está en buen estado de conservación.

Es conocido como el molino del "tío Rebote" o molino de "los Aragón", su titular fue Faustino Aragón Bachiller, siendo posteriormente su dueño el "tío Mateo", Mateo Garrido. 

Es molino panadería más reciente, una cartelera indicaba su uso y propietario: “FABRICA DE HARINAS FAUSTINO ARAGON”. 

En el avisador numantino de 3 de septiembre de 1924, aparece un anuncio de la venta de este molino, llamado de los Aragonés, próximo al mercado, salto de 12 metros, 2 parejas francesas con su correspondiente cernido, tiene además una panadería mecánica bien acreditada y dispone de un motor de gas pobre de 15 caballos. Se vende por retirarse su dueño del negocio, propietario Faustino Aragón.

En un portal inmobiliario podemos leer: venta molino en San Pedro Manrique, diferentes estancias, cinco habitaciones, cocina dividida en dos partes, baño; disponible de cuatro plantas: dos donde se encuentran las estancias, un desván diáfano y sótano, además patio y diversos anexos.


2º.- Molino del "tío Sastre de Arriba".

Es el primer molino a la salida del pueblo, se accede cruzando un puente de piedra, ya que se encuentra en la margen derecha del río. Lo construyó Narciso Calvo (tío Sastre). 

Molino, puente y huertas, hoy cuidadas. 


Interesantes son los puentes existentes para cruzar el río; puentes para acceder a los molinos y otros para comunicarse entre pueblos o con la villa. Hay de piedra, antiguos y más modernos, de cemento y también los hubo de madera.

Cómo ejemplo dos fotos. Una del existente para acceder al molino del "tío Sastre", que fue encofrado por Vicente Zamora y construido por el tío Sastre. Y otra, del romano para algunos, en el camino de San Pedro a Acrijos, donde se encuentra el molino del "tío Mateo". 

En próximas entradas continuaremos el camino. 

Nombres e imágenes de recuerdo y homenaje a estas construcciones tradicionales y a los que de ellas vivieron.

Foto: María José Moreno

En la entrada anterior hablé de los molinos harineros que existían, a mediados del siglo XVIII, en la Comunidad de Villa y Tierra de San Pedro. La molienda siguió desempeñando un papel fundamental a lo largo de mucho tiempo, para la vida de los habitantes de estos pueblos. 

Unos doscientos años después, a comienzo de la década de los sesenta del siglo XX, como consecuencia de la revolución industrial y el éxodo de los habitantes del mundo rural a la industria, llegó el fin de la utilidad de estos molinos hidráulicos, comenzando así su decadencia.

Entre los protagonistas, sin ninguna duda, el principal será el molino harinero. Pero entendiendo el molino como un conjunto de elementos. La vivienda del molinero y su familia, donde también se realizaba la molienda. Como ejemplos podemos decir que a mediados del XIX en el término de San Pedro Manrique había cinco molinos habitados, eran 5 cédulas y veintiocho sus habitantes o en 1930 cuando en el molino de La Media Legua, vivía la familia Jiménez-las Heras y sus cuatro hijos. 

En una economía de subsistencia junto al molino había edificios menores para los animales domésticos: establo, gallinero y pocilgas. En ocasiones palomar y horno para poder cocer el pan, aunque normalmente se encontraban en el edificio principal. Una cuadra, para que pudieran descansar las caballerías de aquellos que iban a moler. Huertas anejas al mismo, para hortalizas y frutales, y en ocasiones fincas de labor y pastos.


El agua es otro de los protagonistas, elemento necesario e imprescindible para el funcionamiento de estos molinos hidráulicos. Las condiciones climatológicas de esta zona determinan su funcionamiento a lo largo del año. Al no llevar el cauce del río el agua suficiente para llenar la balsa, necesaria para que las maquinas puedan funcionar, permanecen parados algunos meses. 

Así, a comienzos del siglo pasado había en la ex-comunidad de Villa y Tierra de San Pedro, molinos con una piedra y que trabajaban tres meses al año: uno en los pueblos de El Collado, Huérteles y Ventosa de San Pedro. Con una piedra y que trabajan más de tres meses y menos de seis: uno en San Pedro Manrique, otro en Villarijo, y dos en Valdeprado y Vea. Con una piedra y que trabajan más de seis meses al año: seis en San Pedro Manrique. 

Todos los molinos son de represa, es necesario almacenar de forma artificial el agua en una balsa. Para conducirla hasta ella se construye una pequeña presa sobre el río, derivando así parte del cauce y conduciéndola por el caz, acequia o canal inclinado, hasta el cubo que se encuentra en las inmediaciones del edificio. 

Existe una compuerta o tajadera, de madera o hierro, que se sube o se baja dependiendo de la necesidad de que siga o no entrando agua.


La balsa o cubo es una construcción, normalmente de forma circular, hecha de sillares para almacenar el agua, en espera de hacer la molienda. 


Poseen un rebosadero o aliviadero para desaguar cuando el cubo ya está lleno.


En su base hay una abertura denominada bocín, un agujero para que al abrirlo pueda penetra el agua. Esta abertura se encuentra  protegida de una reja, evitando así la entrada de maleza.

El agua al caer desde la altura por el desnivel y pasando después por un conducto estrecho, llamado saetín, coge fuerza; es la fuerza motriz necesaria para mover el rodeznoque se encuentra en el cárcavo del molino. Esta agua producía una enorme presión sobre el rodezno, que a través de ejes y engranajes trasmite la fuerza necesaria para que gire la muela volandera encargada de triturar el grano.

Hay verdaderas obras de arte y de esfuerzo para construir estos saltos de agua, que en ocasiones superan los diez metros. Sólo dos imágenes, como ejemplos de los excavados en la roca.


El agua una vez que ha cumplido su misión continua por el socaz, tramo existente debajo del molino, hasta llegar a la madre del río. Estos túneles son también verdaderas obras de arte y del esfuerzo. Esa agua servirá para mover otros molinos situados curso abajo del río.   


Desde el Catastro de la Ensenada hasta su decadencia fueron dos centenares de años de evolución, desapareciendo algunos de ellos, con nuevas construcciones y mejoras en los ya existentes. Sólo unas imágenes como ejemplo para corroborarlo. 

AÑO 1881
SE REEDIFICÓ AÑO 1886 
AÑO 1945
MAYO C. María 1897

Es de destacar la adaptación de alguno de ellos para convertirse también en pequeñas centrales hidráulicas, produciendo la electricidad necesaria para el alumbrado público de los pueblos. Desarrollando tanto la molienda como la producción de electricidad. Estas mini-centrales de electricidad desaparecieron con las grandes centrales eléctricas. De ellas hablaré en una próxima entrada. 


Si se adquiriera y recuperara, para utilidad pública, aunque sólo fuera un molino, si se pusiera en funcionamiento de forma ocasional, tendríamos un atractivo más para el desarrollo de la zona. Patrimonio, turismo y educación.