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Seguimos la senda que nos conduce al término de Vea. Caminamos entre pinos de repoblación, una quimera perfectamente planificada. La despoblación, el abandono de una serie de pueblos y con ello un ahorro económico en la prestación de servicios.

Por decreto se acordó la utilidad pública y necesidad y urgencia de la ocupación de los términos municipales a efectos de su repoblación forestal. Eran los años sesenta del siglo pasado. Un objetivo irreal poner en producción las tierras paupérrimas y evitar el éxodo de la totalidad de su población, al mismo tiempo que se dotaría de otros medios de subsistencia. El resultado obtenido, pueblos deshabitados, un cementerio de cruces diseminadas ya sin nombres, en las despobladas Tierras Altas sorianas.

Muchos años tardaron en crecer, hoy camiones cargados, circulan por las pistas y pasan de largo, tierras olvidadas de su economía forestal. La industria maderera, beneficios del aprovechamiento del monte, serrerías, etc., no tienen cabida en la marginalidad de estas tierras. 



 Molinos en Vea:

En el Nomenclátor histórico, geográfico, estadístico y descriptivo de la provincia de Soria del año 1909, Manuel Blasco Jiménez dice: "Riega el terreno y mueve dos molinos el río Linares que ofrece un buen salto de agua". Molinos harineros, uno propio del concejo y vecinos y el otro de propiedad particular, que ya aparecen nombrados a mediados del siglo XVIII cuando se realizó el catastro del Marqués de la Ensenada.

Desde el camino vemos un conjunto de edificaciones que impresionan al caminante sensible, al otro lado del río los huertos donde todavía florece algún frutal, en la humilde primavera soriana. Lo que fui, el molino de La Media Legua y lo que soy, abandono y ruinas. 


1º.- Molino de la Media Legua.

Estamos a media hora de Vea algo menos de tres kilómetros de distancia, nos encontramos a media legua de pueblo.

Descendemos por el antiguo camino como hacían personas y caballerías, principalmente los lunes de mercado en la villa. Era la senda más corta entre Vea y San Pedro Manrique, al evitar “La Revuelta”, en los viajes de ida y vuelta. Tras cruzar el puente de madera, que una crecida se llevó y cuyos pilares quedan de vestigio, se continuaba por la margen derecha del río. Camino abandonado al diseñar la ruta del río Linares “PR-SO 107” y que la naturaleza ya se ha encargado de recuperar.

Hoy contemplamos esqueletos de edificios en equilibrio. El molino-vivienda con su palomar, la central eléctrica en un nivel inferior, pajares, cuadras, gallinero y corrales para los animales, un precioso horno de pan, …



Inicialmente existía un molino harinero, hoy hasta las letras rojas con su nombre de la puerta de acceso, el tiempo ha borrado. En la soledad del lugar escucharás el sonido del Linares y podrás imaginar otros sonidos. El del agua cayendo desde la balsa por el impresionante salto excavado en la roca, la maquinaria en funcionamiento o el impacto del agua sobre el rodezno y después saliendo por el cárcavo dirección al río.                                



Con posterioridad se construyó otro edificio, era la fábrica de luz. Generaba y suministraba electricidad al molino y a la villa de San Pedro Manrique, a través de postes de madera y cables de tendido eléctrico, con sus aisladores verdes.

En 1911 ya van bastantes avanzados los trabajos de la <Sociedad eléctrica de la media legua> que muy en breve quiere dar luz a sus abonados, pues la casa del Sr. Bandrés de Tolosa, tiene gran deseo de hacer una gran instalación eléctrica. En febrero de 1912 se presentó en el Gobierno civil de Soria por D. Antonio Delso, una instancia y proyecto de instalación eléctrica para alumbrado y usos industriales en la villa de San Pedro Manrique, cuya corriente se derivará de la Central establecida en Vea.

La luz comenzó a alumbrar, pero la muerte llegó a la central, como ahora herida de muerte está "La Media Legua". 

Era un 25 de enero de 1915, en vista de que parte de la localidad de San Pedro Manrique no había tenido luz, ordenado por Rafael Munilla que estaba encargado de la buena marcha, salió Ubaldo del Rincón a las nueve horas recorriendo la línea eléctrica, examinando si había algún poste o cable caído como consecuencia de los temporales, llegando al molino sin notar ninguna novedad.

El titular Marcos las Heras Marqués y Genaro su hijo de doce años, empezaron a hacer observaciones en el cuadro de distribución. Marcos "Examinó los fusibles, cerro la puerta del cuadro, y entonces mismo dio el agua, volvió otra vez al cuadro a quitar la luz de San Pedro, para que se quedase sola la del molino y hecha la mano a una rueda del cuadro, la de quitar la luz y observó que su padre se quedaba allí quieto; el de San Pedro quiso echarle mano y el que habla le dijo que lo dejase quieto para inmediatamente parara el agua y al volver la cabeza su padre cayó al suelo y no respiraba”.

Marcos las Heras Marqués, hijo legítimo de Francisco las Heras y de Vicenta Marqués, natural de Fuentebella, de cincuenta y cinco años de edad, casado con Casimira León Jiménez de cuyo matrimonio tuvo seis hijos, de profesión molinero, falleció en la central eléctrica a las once de la mañana del día veinticinco de enero de mil novecientos quince, a consecuencia de una electrocución o descarga eléctrica.

En la familia continuó el molino, su hija María las Heras León junto a apellidos nuevos, primero Garrido y luego Hernández, hacían la molienda, después desde San Pedro bajaban, para a finales de la década de los cuarenta dejar de funcionar, con anterioridad la central ya no producía electricidad. 



Seguimos el camino que nos conducirá hasta el pueblo de Vea. Llegamos a la vez que el Linares, cuyas aguas daban vida a habitantes, animales, huertos y molino.

Una afirmación oficial, cuando desde la Administración se forzó la repoblación forestal, fue: "los medios de comunicación de que dispone con el resto de la provincia son muy deficientes". Un reconocimiento y un olvido continuado en actuaciones, el acceso a Vea en la actualidad sigue siendo igual que en el siglo pasado, exclusivamente por camino de herradura.

Un anhelo de los que de allí partieron, una pista forestal para facilitar la llegada. Una lucha infructuosa que hace muchos años se inició, una injusticia que las Administraciones nunca han deseado solucionar. “Fondo de Mejoras de Interés Forestal Regional”, "Que la necesidad de priorizar las inversiones hace que estas se estén dirigiendo al acondicionamiento, mejora y reparación de las vías principales en la comarca", "una complejidad importante, dada su localización, no es una prioridad para la gestión forestal del monte".

Me dejaron aislada tras proyectos que nunca fueron realidad, tampoco quisieron abrir una vía de comunicación con mi hermana La Rioja. Son incapaces de revertir sobre mí, parte de lo que con la madera y la caza produzco. ¿Qué intereses ocultos o no tan ocultos les mueven?.

Tras pasar el puente de madera de nueva construcción, curiosamente realizado por los nuevos moradores, se encuentra el molino municipal. 


2º.- Molino municipal titulado "El puente".

En el suplemento del Boletín oficial de la provincia de Soria de 22 de agosto de 1860, por disposición del Sr. Gobernador civil y en virtud de la ley de 1 de mayo de 1855 y 11 de julio de 1856, se saca a subasta, de los bienes de corporaciones civiles, y propios Ayuntamiento de Bea, un molino harinero de un solo molar sito en el pueblo de Bea y paraje que llaman las huertas de Arriba. Se adjudicó a Calixto Cuesta vecino del pueblo de Palacio de San Pedro. Revertiendo tras el correspondiente pago, nuevamente al ayuntamiento de Bea a través de Juan Pérez y Román Jiménez. 

El edificio de dos alturas era vivienda y molino. Desde el Concejo se procede a arrendar, maquila o dinero por la molienda, sustento del molinero y su familia. Ayuntamiento constitucional de Bea, previo permiso del Sr. Gobernador civil de esta provincia, tendrá lugar la subasta del arrendamiento del molino harinero de los propios del pueblo, por tiempo de cuatro años,…. Previa autorización de la Excma. Diputación Provincial, el Ayuntamiento ha acordado sacar a subasta el arrendamiento del molino harinero de sus propios, dando principio,...

Contratos que finalizan y nuevos arrendatarios. Apellidos: "Jiménez" o "León"; apodos: “Sastrón” o ”Ringau”; nombres y apellidos: Félix Jiménez Blanco y Teófila las Heras León, Domingo León Jiménez, Aurelio León las Heras o Dionisio Hernández y Felisa Hernández que fueron molineros desde 1959 hasta septiembre de 1962. Y comenzó el éxodo de los habitantes hasta su total despoblación, herido quedó el molino hasta que murió.

La muerte antes llegó al molino. Mujer ahogada. Comunica la Guardia civil de San Pedro Manrique que ha sido encontrada ahogada en el cubo del Molino titulado <El Puente> término municipal de Vea la vecina Julia M. P. de 38 años, casada. (Noticiero de Soria 11 de octubre de 1926).

Finalizando la década de los 20 se realizaron las mejoras necesarias para que además de moler, pudiera producir electricidad. Abastecía únicamente al pueblo de Vea, generaba luz solamente unas pocas horas al día, cuando comenzaba el anochecer y se interrumpía la molienda. En los contratos de arrendamiento se incluye una cláusula nueva, la obligación de dar luz eléctrica al pueblo y arreglar los reparos ordinarios.


Hoy en ruina total, tanto el edificio como los elementos necesarios para la molienda. Allí entre los escombros vemos las piedras molares (francesas) solera y volandera móvil, su tolva, el guardapolvos o la cabria. El cárcavo subterráneo donde se encontraban sus mecanismos hidráulicos como el rodezno hundiéndose. Cernedora, limpia y otros accesorios desaparecidos.



Continuaremos la ruta, descenderemos junto al Linares hasta llegar al pueblo de Villarijo. 


Admiremos ese patrimonio hidráulico que está desapareciendo para siempre, respetémoslo y luchemos por su conservación, es una obligación generacional que tenemos para legarlo a las futuras generaciones.

Vea, por fin te abandono,/con el presagio de que te estás muriendo./Ayer, un viento desagradable,/que no tenía nada que ver con la brisa,/barría tus calles, y helaba mis carnes,/que no tenían con quien compartir calor./Calles barridas por el viento frío, que me hace pensar como una preocupación más/la llegada del frío invierno, /demasiado,/demasiado espero para seguir aquí./Vea por fin te dejo,/como si todo estuviera escrito/en el destino, para que estuvieras sola”. (Libro de visitas. Más que brisa. Anónimo).


Esta vez había hecho el camino con sangre de su sangre, hacía muchos, muchos años que de allí había partido. Volvía otra vez al pueblo de sus raíces, presentía que ésta sería la última. La edad no perdona y el trayecto es largo, se decía. 

Durante el camino hablaba pausadamente y los suyos escuchaban en silencio. Beato o veato de nacimiento, orgulloso de su pueblo. Las imágenes y los recuerdos se agolpan en su mente. Tradición oral, usos y costumbres, canciones y refranes, fiestas, anécdotas y curiosidades de una juventud lejana. 

Habló de la Trinidad, la fiesta de primavera, con invitación por parte del ayuntamiento; del día del Corpus con zurracapote; de las “Machorras” la fiesta de los mozos, carne cocinada con el grano recogido; de días de carnaval; …

Habló de corrales para el ganado, de los de San Miguel, de Sansol (posiblemente antes fuera una ermita con advocación a la Virgen del Sol), del de Cullayo, del de Balbiano, ...

Acta general de recuento de ganados. Año 1935. Número de cabezas de ganado mular: 19, de ganado asnal: 20, de ganado lanar estante: 409 y de ganado cabrío: 200.

Corrales de San Miguel.

Habló de nombres y apodos; de la taberna y las viñas en la falda del castillo de Mamerto “el tío caracol”; del “piso”, los tres duros para una merienda de los mozos que se pagaban cuando había bodas; de la gallina que había que dar al cura por "bautizar y extender la partida”, … 

Habló, se sintió escuchado y revivió.


Cruzó el río por donde antes hubo un puente de madera, remangándose los pantalones y quitándose calcetines y zapatillas.

Puentes que unían, de madera o de piedra, para cruzar el Linares y los arroyos que a él desaguan. Puentes de los que en algunos casos sólo quedan los apoyos y otros se van degradando y se hundirán por el paso del tiempo y la falta de mantenimiento. 

Puente Lavadero.

Puente Ermita-cementerio.

Puente corrales San Miguel.

Puente camino Peñazcuena,

En el año de 1874. Acuerdos del Ayuntamiento constitucional de Vea. En la sesión del 4 de enero de 1874 “Se acordó hacer un puente en el río que pasa por este pueblo y traviesa que llaman Mingarra, por ser de gran utilidad tanto para las personas como para toda clase de ganado”. El secretario, Juan las Heras. El alcalde, Manuel Hernández.

Apoyo puente Mingarra

Pasó luego sobre el canal inclinado que conducía el agua a la balsa del molino harinero.

Era el molino municipal titulado “El Puente”. En el catastro del Marqués de la Ensenada, realizado en diciembre de 1751, nos decía: “Que en el término de este lugar hay dos molinos harineros, que el bajero es propio del concejo y vecinos de él, y lo tiene arrendado Juan León Rojo, su vecino, …. y el otro que llaman el de la Media Legua es propio de Diego León, vecino de ese dicho lugar, quien se lo administra por sí, …".

Molino harinero que es sacado a pública subasta en 1860. Venta de bienes nacionales. Bienes de Corporaciones locales. Propios. Urbana, Menor cuantía. Partido de Ágreda. Ayuntamiento de Bea. "Molino de un solo molar, sito en el pueblo de Bea y paraje que llaman las huertas de Arriba, procede de sus propios y lo lleva en renta Anselmo del Poyo por la anual según el inventario de 237 reales. Tiene una superficie 41 metros cuadrados. El cárcavo, acequia, piedras, rodezno, canal y demás enseres de dicho artefacto se encuentran en buen estado de conservación. Tasado por los peritos en 6.577 reales. Siendo rematado el 24 de septiembre por 10.500 reales a Calixto Cuesta vecino de Palacio".

Molino que con dinero del pueblo, siempre esfuerzo del pueblo, retornó a la titularidad municipal. Fue casa y medio de vida de familias, y al final de sus días compatibilizó la función de moler de día y dar fluido eléctrico al pueblo por la noche.

Recuerdos de un pasado no tan lejano. Harina para hacer pan y salvado para los animales. Alimento también para cerdos de engorde, esperando su San Martín. Tiempos de estraperlo, de actividad por la noche en la penumbra. Temor a la Guardia Civil "con los guardias civiles no tengo trato porque tienen bigotes como los gatos" y a las multas de la fiscalía por ocultación, compra-venta, circulación y/o molturación de cereales.

Había acabado la molienda. No era necesario cambiar las muelas, solamente debía repasarlas para poder seguir moliendo. Tiempos y trabajo al molinero le esperan. Va retirando la tolva de madera y el tambor octogonal que recoge la harina. A la cabria, esa media luna de hierro que servía para mover las muelas, engancha la piedra volandera. La retira y voltea para mostrar su cara moliente. Con manos sabias que da la experiencia comienza a repicar, la solera y después la volandera. Maceta de pica, piquetilla y el pico. 

Vida que vive y vida que muere. "Mujer ahogada. Comunica la Guardia civil de San Pedro Manrique que ha sido encontrada ahogada en el cubo del Molino titulado <El Puente> término municipal de Vea, la vecina Julia Martínez Pastor de 38 años, casada. Se supone se trata de un suicidio". (Noticiero de Soria 11 de octubre de 1926).

Se recostó sobre la puerta entreabierta, que custodiaba las ruinas, sacó un pañuelo de tela y secó las lágrimas que se deslizaban por sus mejillas. 



Lentamente, apartando la maleza, siguió la senda que conduce a la fuente “del Molino”. Recordaba otras fuentes: la de “El Puerco”, también en el pueblo, con sus dos pilones bajos o la fuente “Merina” en el campo, a mitad de la ladera de Lado Frío.

Se detuvo frente a la puerta de la casa de la familia “Palacios León”. Se acordaba del libro de visitas que allí existió. 

Contenía mensajes de recuerdo, esperanza o desesperación de los descendientes y visitantes del lugar.



Escrito en el libro figuraba un deseo: "Primera reunión masiva de la Asociación de “Hijos de Vea y Peñazcurna”, alrededor de 150 personas. Esperemos que la próxima vez nos podamos acercar por la pista forestal y poder acondicionar algo más algunas casas. José Luis Palacios”.

La Asociación se había constituida en 2005 y se registró en 2006, siendo sus fines: 

- Restauración de Vea y Peñazcurna, en la actualidad pueblo deshabitado situado en el término de San Pedro Manrique (Soria).

- Lograr que Vea y Peñazcurna sean habitables. 

La historia del pueblo de Vea corre pareja a su agregado Peñazcurna, así como la del Molino de la Media Legua. 

La pista, otra vez la ansiada pista. Una injusticia consumada en el tiempo que llega hasta la actualidad. "Así mismo nos indican que, en muchos casos los propios alcaldes de los Ayuntamientos de estos poblados no quieren ofrecer o mejorar expectativas en unos núcleos en los que sería costoso llevar y mantener los servicios urbanos en igualdad de condiciones que en las localidades grandes".

En una hoja en blanco, durante una de las primeras visitas, él también había escrito un mensaje. Eran unas palabras de recuerdo ante el olvido, reproches ante el saqueo, lamentos ante la desidia, un grito ante tanto abandono por parte de las administraciones.


En silencio ascendió, ayudándose de su bastón, llegó hasta la era de pan trillar donde se detuvo. Recostándose sobre la pared de piedra seca, con su hueco para guardar la bebida en días soleados de trilla o en los ventosos, cuando se separaba el grano de la paja. Fijó la mirada en su iglesia, en Nuestra Señora de los Remedios. La espadaña huérfana resistía sobre el campanario arruinado, la techumbre caída desde hacía tiempo. 

Hubo una campana y un campanillo, la campana grande y la campana chica, que desaparecieron sin saber cómo. Tal vez camino de una fundición, de dueño avaro, o a una nueva parroquia. Yugo en el suelo y bronce fundido para obtener cobre y estaño o tal vez re-colocada, pues como dice un descendiente: la campana de la ermita del Hospital de Calahorra, tiene el mismo sonido de la de Vea.

Sacó el pañuelo de tela y se enjugó las lágrimas.

Las catorce dovelas del arco de medio punto, de la puerta para acceder a la iglesia, habían sido labradas y numeradas por el cantero. Unas piedras con números romanos para un lado, otras con caracteres arábigos para el otro, así no existiría duda en su colocación. Sobre el yeso aún  distinguió mensajes, unos antiguos que el tiempo va borrando y otros nuevos. 



El retablo mayor se va desmontando, en el pueblo ya nadie habita. Unas fotos previsoras se hacen, para luego poder volver a montarlo correctamente. Sobre tres mulos va cargado, en artolas o serones. Ascienden lentamente hasta Buimanco, para continuar su viaje en furgoneta, por la pista de Taniñe a Villarijo, hasta la villa de San Pedro Manrique. Movimiento en la cartilla de su parroquia por la venta. La furgoneta a tierras catalanas se lo lleva.  

Ya no se canta a la Virgen de Vea, que se encontraba en el retablo, mientras el campo florece.

Dulcísima Virgen/del cielo del cielo delicia/la flor que te ofrezco/ recibe propicia.

Benéfico hiere/lumini lumínico rayo/el sol que engalana/las flores de mayo.

Es el mes de María/es el mes de su amor/¡O familia querida! Cantemos con fervor”.

La pila bautismal, bajo las escaleras del coro estuvo. Una concha de bautizar también hubo, agua bendita en el sacramento para el inicio de la vida cristiana.  

Foto María José Moreno.
 

La nieve cubre los campos. La muerte no espera. La campana de la parroquia suena anunciándola. La tierra sagrada espera el cuerpo. Los caminos están infranqueables y el tránsito se hace imposible, ni con caballerías. Y el carpintero Cipriano Hernández está en San Pedro, tiene hechos casi tantos pequeños ataúdes blancos como marrones. La parroquia, como otras de tierras altas, tiene su ataúd comunal. Es de madera recubierto con una chapa de zinc para limpiarlo mejor, una vez utilizado. En él se trasporta al difunto de casa a la iglesia, misa de funeral. Y después, sobre andas hasta el cementerio, enterrándolo directamente en el hoyo previamente excavado. Erguida una lápida de mármol blanca, cruz de madera o hierro para el recuerdo. El ataúd al coro de la iglesia vuelve. Ataúd desaparecido, se dice, se comenta que está …

Hablan de él y de Vea en el Programa Milenio 3 emitido el 7 de octubre de 2006 sobre pueblos abandonados (a partir del minuto15,50 y hasta el 29,25), con un mini-reportaje sobre los despoblados de la provincia de Soria y sobre las leyendas de todos los despoblados de España. https://www.ivoox.com/pueblos-abandonados-audios-mp3_rf_220817_1.html

Foto José Pascual

Una imagen plasmada en la memoria, sólo una imagen queda en el recuerdo. Un cuadro de unos 60 cm colgaba de la pared. Estaba representado San Lucas evangelista, el patrón de Vea. La fiesta mayor del pueblo, el día 18 de octubre, actos religiosos y baile en la era de las losas. Del cuadro de la fe y advocación nada se sabe, dónde andará. Y los objetivos religiosos, y la reja de hierro delante del altar mayor, …Venta y expolio del patrimonio, viajero a otros lugares. 

Al fondo el esqueleto de la ermita-cementerio y más arriba los restos del castillo. El castillo de “Los Moros” donde la leyenda situaba el pueblo inicial y que a causa de las víboras fue abandonado y construido en su ubicación actual. Piensa que fue en este castillo de Vea donde permaneció raptada doña Blanca por el moro Yacub-Aben-Said, según la leyenda de doña Blanca y don Nuño recogida por Gervasio Manrique Hernández y también recopilada por Florentino Zamora Lucas.

https://guiadesoria.es/patrimonio/leyendas-de-soria/2003-blanca-y-don-nuno.html

Antorchas encendidas en los cuernos de la cabrada para hacer pensar a los moros que estaban bien defendidos. Lirios de la reina en la falda del castillo, llamados así por haber vivido en él una reina. Pisada del caballo de Santiago, Santiago Matamoros y la leyenda santiaguista.

Pisada caballo de Santiago.

Descendió hasta la plaza y se paró en quicio de la puerta de los “maestrazos”, frente al edificio, ahora casi en ruinas, donde estuvo el ayuntamiento y la escuela. Papeles y documentos allí quedaron, papeles esparcidos que los visitantes se llevaron, papeles para encender hogueras. Cerró los ojos, le pareció escuchar las deliberaciones del concejo, le pareció escuchar voces del maestro y los niños.

En un viejo cuaderno con letra caligráfica figuraba: escuela de ambos sexos de Vea. Curso 1934 a 1935 y 1936. Maestro Interino: Mariano Martínez López (un año en ella).

Niños: Avelino Giménez, Eusebio Giménez, Jesús Giménez, Juan Hernández, Toribio Hernández, Teodoro Hernández, Aurelio León, Silvio León, Pascual Palacios, Manuel Ruperto, Hermógenes Sáenz, Tiburcio Calvo (Peñazcurna), Eloy Giménez (Peñazcurna), Félix Giménez (Peñazcurna), Ildefonso Giménez (Peñazcurna), Nicanor Martínez (Peñazcurna), Félix Pérez (Peñazcurna) y Luciano Pérez (Peñazcurna).

Niñas: Cándida Giménez, Esperanza Giménez, Guadalupe Giménez, María Jesús Giménez, Antonia Hernández, Francisca Hernández, Nicolasa Hernández, Paula Hernández, Piedad Hernández, Cristina León, Florencia León, Francisca León, Josefina Marqués, Eusebia Pérez, Nicolasa Pérez, Paulina Calvo (Peñazcurna) y Cesárea Martínez. (Peñazcurna).

Pupitre escuela Vea 2022

Elecciones de Compromisarios. Relación de concejales y contribuyentes para las elecciones de Senadores.

Concejales: Prudencio Hernández, Domingo Pérez, Prudencio Hernández. Julián Hernández, Emeterio Hernández, José Hernández, Félix Jiménez y Antonio Jiménez.

Contribuyentes: Faustino Marqués, Marcelino León, Casimiro Palacios, Eulogio Jiménez, Pedro Pascual, Francisco Jiménez, Francisco Hernández, Fernando Jiménez, Celedonio León, Martín Hernández, Calixto León, Domingo León, Faustino León, Domingo Palacios, Escolástico Fernández, Matías Hernández, Vicente Hernández, Victoriano Pérez, Benito Jiménez, Pablo Hernández, Pablo León, Antonio Hernández, Esteban León, Victoriano Jiménez, Pablo Sáenz, Tomas Hernández, Hilario Hernández, Domingo Jiménez, Ignacio Pérez, Pascasio Pascual, Nicanor Martínez y Cayo Pérez. (BOP de Soria de 26 de enero de 1931).

Fachada lateral ayuntamiento y escuela

¿Cómo ha sido posible tanto expolio, si hasta allí nunca llegó ni carretera, ni pista?

Sacó el pañuelo de tela, se enjugó las lágrimas y lo guardó en el bolsillo. Sacó nuevamente el pañuelo y enjugó sus lágrimas.