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Nos dirigimos hacia este templo románico construido en la segunda mitad del siglo XII y en el XIII. Interrumpimos la comercial calle del Collado o desde la plaza Mayor castellana, y por ese arco en cuyo interior asoma sobre el blanco un cuerno de astado, accedemos a la calle Zapatería. Estamos en ese casco viejo largo tiempo olvidado. Collado entre los cerros del Castillo y del Mirón, camino de nuestro río Duero. Descendemos por la calle Zapatería para llegar a la Plaza Fuente Cabrejas frente al convento de Carmelitas Descalzas. Continuamos nuestro paseo por esa estrecha calle Real hasta llegar a San Nicolás.
Iglesia y casa adyacente, que por su deterioro progresivo, hizo necesario en 1858 desmontar su techumbre. Sus ruinas fueron declaradas  Monumento Provincial de Interés Histórico-Artístico en julio de 1962.
La recorremos por el exterior:
Vemos un túnel recientemente abovedado en la parte trasera. Está realizado con piedras labradas, y quizás sirviera para recoger las aguas que se filtraran de la falda del castillo. De las ruinas destaca el ábside, el cual posee cierto parecido con el de la iglesia de San Juan de Rabanera.

La mirada se detiene para observar esos bellos arcos. Nos recuerdan la arquería del otro San Juan, el de Duero. Cierta semejanza entre ambos hay. 

Contemplemos la torre del campanario. Solo queda su parte inferior. Torre cuadrada con tres arcos ciegos por los tres lados exteriores. En los dos que dan al sur y dentro de cada de ellos otros tres arcos ciegos más pequeños. Nueve arcos en total, nueve arcos más pequeños por lado. El nueve número, el número de Dios. Sonidos en tiempos lejanos de campana tañida, llamada a juntas del linaje de los Salvadores. Linaje troncal duplicado, Hondoneros (Bajeros) y Someros. El pórtico y la capilla mayor sus lugares de reunión.

Es el momento de la imaginación, del recuerdo de imágenes vistas en anteriores entradas, de encajar las piezas de un puzle esparcido por la ciudad. La reutilización de elementos, el traslado para la conservación  y la desgraciada perdida de otros.
.- Allí donde quedamos para iniciar nuestra ruta, en la Alameda de Cervantes  o la dehesa para los sorianos. En la cerca que la bordea encontrareis piedras de San Nicolás. En 1935 cuando el Ayuntamiento decide cerrarla. Se realizan trabajos de extracción de piedra del derruido templo de San Nicolás, para trasportarlos al citado parque.
.- Recordáis la portada de cuatro arcos que se apoyan en columnas de labrados capiteles. Y a San Nicolás de obispo recibiendo los obsequios que le envía el emperador Constantino, o quizás el santo rodeado de capellanes.
Esa fachada de la iglesia de San Juan de Rabanera, originariamente correspondía a la iglesia de San Nicolás. Era la fachada principal del templo y daba a la calle Real. Tiene una orientación anómala, en el lado norte. La causa sin duda era para facilitar el acceso desde la calle Real, la arteria principal de la ciudad.
En octubre de 1908 se realizó su trasladó. “La obra de restauración que se está llevando a cabo en la iglesia de San Juan de Rabanera, a expensas de nuestro distinguido paisano y amigo D. Teodoro Ramírez será avalorada con la adicción de una magnifica joya del arte arquitectónico religioso tan preciada como lo es la portada de la derruida iglesia de San Nicolás. El Sr. Ramírez ha solicitado y obtenido la correspondiente licencia para trasladar dicha portada al templo que está reparando.”
.- Y el cerro que divisamos desde el castillo guerrero en ruinas, ese cerro del Mirón. Allí se encuentra la ermita de Nuestra Señora del Mirón, la Patrona de Soria y su Tierra. En 1929 se realizaron importantes obras en el templo y en la casa a él contigua. Piedras de la torre de San Nicolás reutilizadas. “El Ilmo. Sr. Obispo de la Diócesis,  aceptar el proyecto de consolidación hecho por el Arquitecto Municipal Sr. Martiarena, autorizar su realización y conceder los materiales utilizables de la derruida Iglesia de San Nicolás.”
Entramos en el interior del recinto, en otros tiempos sagrado.
AHPSo
.- Lo primero que nos llama la atención es un fresco románico donde se representa el célebre asesinato de Thomas Becket. En una pequeña capilla y bajo su arco protector sobreviven al paso del tiempos las pinturas murales. Tapia y yeso durante siglos las protegieron. Se representa el “Asesinato del Arzobispo y Canciller Real  Santo Tomás Becket en la catedral de Canterbury” por orden de Enrique II de Inglaterra. Crimen político religioso cometido el 29 de diciembre del año 1170.  
¿Cuál es el motivo de esta representación en Soria? El rey de Castilla don Alfonso VIII casó en 1170 con doña Leonor, hija de Enrique II, Don Alfonso pasó su minoría de edad en la ciudad de Soria, ciudad protectora en tiempo de disputas, los Castro y los Lara. Pecado de padre redimido por hija. 
El mismo motivo también está representado en un frontal de altar, de finales del XII, en  la iglesia de San Miguel de la villa de Almazán (Soria).
.- En 1933 apareció la cripta al desmontarse parte de los muros. Es amplia y embovedada, varias marcas de cantero y pila benditera. ¿Destino funerario o lugar privilegiado para ciertas celebraciones? 

.- El retablo mayor del siglo XVII que contemplamos en la iglesia de San Francisco, era originario de la iglesia de San Nicolás. En la hornacina central la imagen de San Nicolás se ha sustituido por la de San Francisco de Asís.
La imagen originaria de San Nicolás que debiera presidirlo, se encuentra ahora en otro retablo en la Concatedral de San Pedro. 
.- Cuando veáis la Concatedral de San Pedro, en su claustro, podréis contemplar un frontal de Altar románico del siglo XII. Se representa la entrada de Jesús en Jerusalén. Descubierto en 1935, en el lado derecho del crucero de San Nicolás, mientras el desescombro.
Allí también encontrareis un valioso tríptico flamenco, de mediados del XVI  y en la iglesia del Espino otro retablo y una talla del santo titular de esta iglesia en ruinas.
Entre los años 2009 y 2011 se llevan a cabo obras de consolidación y recuperación. El turismo, las actividades culturales y los conciertos dan un aire fresco a un casco viejo, durante demasiados años olvidado.


Atrás queda la iglesia del evangelista. Continuemos por esa calle Caballeros, morada en tiempos de apellidos nobles. Apellidos de la Casa Troncal de los Doce Linajes, esos doce linajes representados en rueda, para que así no haya preferencia entre ellos.
Arriba queda Nuestra Señora del Espino junto al cementerio, en la falda del castillo. Virgen del Espino, morena y milagrosa, y en otros tiempo venerada patrona. Caminemos con sosiego, con quietud en nuestros pasos. 
En el exterior en piedra los símbolos del peregrino, concha, bastón y calabaza. Otro camino de Santiago. Otro viaje personal que hemos de recorrer. El camino y el caminar. Arte, poesía y naturaleza.  
Restos de un olmo viejo, olmo que no dará sombra. Y clavado en su tronco carcomido, bello poema machadiano. Letras que son sentimientos, sentimientos que son deseos: “Mi corazón espera también, hacia la luz y hacia la vida, otro milagro de la primavera”. 
A escasos metros, el cementerio antiguo. Polvo a la tierra sagrada de los creyentes. Y la tumba de Leonor Izquierdo, el mármol de la amada. Buzón transmisor de sentimientos y a los pies hermosas palabras de su esposo, don Antonio. “Mi niña quedó tranquila dolido mi corazón, ¡Ay, lo que la muerte ha roto era un hilo entre los dos!.”
Senda de madera a recorrer, del Espino hasta el ahora parque del castillo. Zona verde y naturaleza para disfrutar. Una parada en el Monumento al Sagrado Corazón de Jesús. Fuente y piedra de Valonsadero, de ese  monte sagrado de los sorianos. Y bella vista de la ciudad castellana.

Arriba el castillo arruinado. Guerra de la independencia, enfrentamiento militar y voladuras preventivas. Murallas, castillo e iglesias. José Joaquín Durán.
 "Soria fría, Soria pura
       cabeza de Extremadura,
      con su castillo guerrero
            arruinado, sobre el Duero;
      con sus murallas roídas
           y sus casas ennegrecidas."
        A. Machado.
Miradores de parada obligatoria, parador de ilustre nombre y gente paseando. A lo lejos la Numancia de la libertad, abajo la cueva del patrón. montes de leyendas, paseos inspiradores, ...
“Ese monte que hoy llaman de las ánimas, pertenecía a los Templarios, cuyo convento ves allí, a la margen del río. Los Templarios eran guerreros y religiosos a la vez. Conquistada Soria a los árabes, el rey los hizo venir de lejanas tierras para defender la ciudad por la parte del puente, haciendo en ello notable agravio a sus nobles de Castilla; que así hubieran solos sabido defenderla como solos la conquistaron.”  Gustavo Adolfo Bécquer.
Buen día a veces contestado y otras ignorado. A veces una sonrisa cómplice, a veces una mirada indirecta y a veces unas gotas de sudor compartido. Y otras veces el silencio.
"¿Por qué cierras los ojos? ¿Ves mejor así el Duero?
Calla. ¿Le oyes? Por huertas de Templarios asoma,
la presa airosa salta, tuerce su cauce huidero;
con voluntad sonora
limita, impulsa, espeja y ríe y llora..”
Gerardo Diego.
Y otra senda a recorrer. Carretera de las Siete Curvas. Pasarela del castillo hasta la Fuente de la Paciencia, hasta las márgenes del río. En el camino tierra removida, quizás los restos de San Martín de la Cuesta. Ayuntamiento de Soria, fondos económicos para  patrimonio oculto. Arqueología y puesta en valor.
"Pintaría las márgenes del Duero
con el puente, la fábrica, la presa, el lavadero,
y aquel alero, aquel balcón
y aquella casa que parece de cartón. 
Y todas las siluetas, las amadas siluetas
de tus torres manchadas del poniente sangriento.
Y así otros mil motivos en otras mil viñetas
para guardarte íntegra tal como yo te siento.”
Gerardo Diego.
Pero ahora el ganado a su aire, como dice un buen amigo. Cada uno haciendo su propio camino al andar. Cada uno con sus historias, sus pensamientos y sus anhelos. Sin profetas de la nada a quien seguir, sin poseedores de una verdad irreal de modelo, sin inmiscuirse en realidades personales que se desconocen. Soria de los sueños en mundo globalizado y enriquecedor. Soria romántica, sin blanco ni negro, sin conmigo ni contra mí. La Soria de los poetas, la de la naturaleza y el arte, la Soria del pueblo.



Con el tic tac de las campanas de la iglesia de San Francisco de Asís continuamos nuestra ruta. Hasta allí nos encaminamos, estamos en las inmediaciones de la dehesa boyal.
Paseo de invierno en obras, carasol diurno y  paseo nocturno de botellón. Vejez y juventud. Palomas al vuelo y cigueñas en campanario. Vuelo corto y vuelo largo hasta San Blas. Si, tienen los campanarios de Soria sus cigüeñas, don Antonio.
 
Si, se irán esos jóvenes. Si, quedaran nidos vacíos. Primero como antiguamente en la Sierra, temporalmente tristes y oscuros. Formación para un futuro incierto. En esta Soria sin oportunidades  y en un mundo globalizado, para la mayoría su proyecto de vida estará lejos de la tierra que les vio nacer. Luego  y con seguridad volverán en vacaciones a esa su Soria idealizada. Quizás alguno vuelva o quizás vuelvan cuando sepan que hay cosas que ya no podrán hacer.
Atravesamos el umbral de la nueva puerta del antiguo convento. Pasado y futuro. Cuestionemos las palabras engañosas y de moda, "realmente"y "como no podía ser de otra manera". Hechos y no palabras, amigo.  

Iglesia conventual que en 1971 se convirtió en la parroquia de San Francisco de Asís.
Hoy nos detendremos a observar el retablo mayor de su capilla pentagonal. Renacentista de la escuela castellana, que fue realizado en 1597 por Gabriel de Pinedo
¿Ves en su hornacina al santo de su advocación?, San Francisco de Asís. 
Observamos el resto del retablo inquilino. Escenas de la vida y milagros de ese otro santo, San Nicolás de Mira o de Bari, santo de marineros y niños en Navidad.
Nos dirigimos por esa calle de Caballeros, apellidos de los Doce Linajes, palacios y casas señoriales con escudos.
Nuestros pasos se detiene ante la institución provincial. Estatuas en bronce de una provincia. Ilustres sorianos del pasado, ocho vidas así recordadas. 
Frente a ellos está la Iglesia de San Juan de Rabanera. Allí está resistiendo al tiempo. Románico del XII restaurado y modificado por los siglos.
La recorremos lentamente por el exterior, belleza para admirar.  
"Es San Juan de Rabanera mi joya codiciadera. Soria mía en ella apura Su más clara arquitectura. Primorosa, rubia, exenta, Cuentos de siglos me cuenta. ...". Gerardo Diego.

Nos detenemos en su actual portada, potada transferida. Tímpano y bellos capiteles con escenas de la Pasión y Resurrección del Mesías y de la vida del San Nicolás.
Tímpano con obispo bendiciendo, mitra y báculo pastoral. Clérigos con libros sagrados e  incensario. Acompañantes con candelabros. Distinta altura de los personajes representados, distinto escalafón social o necesidad motivada por el  espacio físico bajo el arco.
La ruta se interrumpe, pero continuará.