Continúo en esta entrada con más lápidas-cruces que rinden tributo a la muerte, unas muertes no naturales. Los suyos las colocaron para que el recuerdo permanezca vivo y no sufra de olvido.
Dentro del término municipal de este pueblo existen al menos dos cruces.
.- Una que está dedicada a la memoria de Enrique Morón Ortega.
Era el 11 de julio de 1912 a primera hora de la mañana dos pastorcillos encontraron, en el paraje denominado <Cerro Gordo>, el cadáver del vecino de Alentisque, Enrique Morón.
Se dirigen rápidos al pueblo y ponen en conocimiento del Juzgado lo que han visto. El juzgado se persona en el lugar de los hechos y al no haber indicios de muerte violenta, procede al levantamiento del cadáver.
Se le practica la autopsia, por el médico señor Romero y por el forense señor Ágreda, manifestando que el finado padecía hipertrofia al corazón y siendo la causa de la muerte congestión cerebral.
Allí los suyos, esposa e hijos, pusieron este hito funerario siendo su cuerpo sepultado en el cementerio católico de dicho pueblo.
“AQUI MURIO ENRIQUE MORON A LOS 60 AÑOS DE EDAD EL 11 DE JULIO DE 1912”.
.- La segunda cruz de homenaje es conocida como: "La cruz de Tiburcio". Esta cruz carece de inscripciones, tanto en el dorso como en el anverso
Alentisque. Foto: JL Peña. |
Según la tradición oral, una tormenta de agua y granizo descargó sobre el término municipal. Tiburcio, para realizar las labores del campo, había comprado una yunta de mulas. Una de ellas la había adquirido en Chércoles y la otra en Alentisque.
En este último pueblo apareció suelta una mula, la querencia hizo que hasta allí fuera el animal. Este hecho levantó sospechas entre el vecindario, que de inmediato comenzaron la búsqueda de su dueño. Cerca del pueblo, en el campo, encontraron sin vida a Tiburcio, una chispa eléctrica caída lo había matado.
20.- Pueblo de Matalebreras. "La cruz del muerto".
La cruz se encuentra ubicada cerca del kilómetro 117 de la carretera N-122, en el arcén izquierdo dirección a Soria ciudad.
Es de piedra y ha perdido parte del brazo izquierdo. Tiene inscripciones labradas a cincel por ambas caras. Su lectura es compleja debido al estado en que se encuentra, pero con la colaboración de dos amigos: J.M. Lorenzo y J.C. Cervero la transcripción es la que se acompaña debajo de las fotos.
Anverso: "AQUÍ [MU]RIO YSIDRO [HERNA]NDEZ, NATURAL DE CIRIA, VICTIMA DEL VUELCO DE UN CARRO EL DIA 28 DE AGOSTO/DE 1873 RIP".
Reverso: "Aquí murió el 28 de Agosto de [1873] víctima de vuelco de un carro Y[sidro] Hernández natural de Ciria RYP".
Cruz en homenaje a Isidro Hernández Martínez, natural de Ciria, falleció el 28 de agosto de 1873, a 2 kilómetros y medio del pueblo de Matalebreras, en el paraje nominado “Carrascal”. Isidro es hijo de Miguel Antonio Hernández, natural de Malanquilla (Zaragoza) y de Gabriela Martínez de Ciria”.
21.- Pozalmuro.
Se encuentra a la entrada del Área de Descanso del Puerto del Madero, en la N-122 dirección Soria, poco antes del Kilómetro 121.
22.- Ciudad de Soria. (Monte Valonsadero).
En el camino de la Junta de los Ríos, (de Valonsadero a la Junta de los Ríos) una lápida con marcas pétreas, recuerda la muerte de un hombre que falleció al volcar su carro.
“EN ESTA DESIERTA TIERRA TUVO LA FATALIDAD DE MORIR ATROPELLADO POR UN CARRO DE SU PROPIEDAD MIGUEL MANCHADO A LOS 39 AÑOS DE EDAD. 28 – 6 – 1948. RECUERDO DE SU ESPOSA Y FAMILIA”.
23.- Pueblo de Peñalba de San Esteban.
Lápida que se encuentra incrustada en la pared de un lagar, en las bodegas de dicho pueblo.
"AQUI MURIO APOLINAR AGREDA. AÑO DE 1868".
24.- Pueblo de Fitero (Navarra).
Para terminar esta entrada y gracias a la gentileza de Jesús Bozal hablaré de un hito funerario en homenajea a Celestino Córdoba, natural de Ólvega (Soria), que perdió la vida en Fitero (Navarra).
La humilde cruz está en la carretera (NA-6991), que era la ruta de ida y vuelta de los riojanos y sorianos, ruta de intercambios y de compra-ventas.
La cartelera en la actualidad se encuentra desgastada y las letras borradas, por el paso inexorable del tiempo. Don Manuel García Sesma, en Investigaciones Históricas sobre Fitero, Tomo II (Gráficas Ochoa, Logroño, 1989), nos dice que en la lápida se lee aún dificultosamente: "Recuerdo de su esposa e hijo".
"Es el hito funerario de Celestino Córdoba: un vecino de Ólvega [Soria], que murió trágicamente en este sitio, el 12-XII-1921, a los 48 años. Venía a Fitero a comprar vino, con un carro. Se desbocó la mula y al tirarse Celestino imprudentemente por delante del carro para sujetarla, le pasó una rueda por encima y lo reventó. Iba en compañía de un hijo suyo y fue enterrado en Fitero".