Mención especial merece su iglesia. La iglesia parroquial
advocada a Nuestra Señora de los Valles o en la actualidad Parroquia de la
Asunción. Desconozco si está desacralizada aunque quizás eso, para su conservación,
poco debiera importar. Que se lo pregunten a los interesados en su mantenimiento. Lo que sí sé es que cuando la contemplas y entras en su interior se te cae el alma a los pies. Su estado actual, después de que el pueblo se despoblara y de diversas vicisitudes, es en ruinas. La puerta de
acceso ha desaparecido, como desaparecerá muy pronto toda ella. Un adiós más y consentido, al patrimonio rural.
¿Cómo las administraciones -lo digo en plural- y encargados de la protección del patrimonio -lo digo en plural- pueden mirar
para otro lado y dejar que desaparezca esta joya?
La iglesia es de grandes dimensiones, hay quien habla de una capacidad para dos mil almas. Tiene tres capillas del siglo XVII de ellas, dos en el lado del evangelio: la de “Francisco del Río” y la de “Alonso de las Heras”, que sus descendientes enriquecieron.
En la década de los 70 del siglo pasado, cuando el pueblo se deshabitó, los retablos existentes: “La entrega de la casulla a San Ildefonso” y "San Benito”, un óleo de grandes dimensiones de “San Miguel y el demonio”, una imagen de “La Concepción” y otros objetos religiosos, se trasladaron al museo catedralicio del Burgo de Osma.
Se conservaban reliquias
de Santos mártires: Cipriano, Lorenzo, Justina, Hortensio, Elena, Zenón
Teodoro, Constanza y Narciso y una
Sábana Santa.
Una copia de la Sábana
Santa o el Santo Sudario llegó a la iglesia de Nuestra Señora de los Valles
en el año 1664. El lienzo a
imagen y semejanza de la original que al
haber estado en contacto con ella de 1654 a 1655, se convirtió en reliquia
sagrada. Se realizaron unas cuarenta reproducciones y fueron regalos dados a los peregrinos más
distinguidos que visitaban el original en Turín. ¿Quién fue ese peregrino? ¿Cómo llego este lienzo hasta La Cuesta?
Durante siglos allí permaneció
y durante siglos fue venerada en Semana Santa por sus vecinos. Con la despoblación y antes de marchar los últimos habitantes recogieron
esta auténtica joya de valor incalculable y lo entregaron en la parroquia de
San Pedro Manrique. Allí permaneció en el desván de la Casa Parroquial hasta
finales de los 80. Luego se decidiría su trasladado hasta el Archivo Diocesano
del Burgo de Osma. La Sábana desapareció.
No llegó a su destino o se encuentra olvidada en algún cajón.
En la capilla propia de los Ríos, llama poderosamente la
atención un bello paño de ánimas del purgatorio, acabado de pintar en el año
1696. Bueno lo que queda de él, os pongo unas fotos antes de que desaparezca
definitivamente. Su deterioro, al estar expuesta a las inclemencias
del tiempo, es alarmante.
De la rotulación ya solo se distingue parte de ella: “(*) , EN LAS
INDIAS ** HIZOLA JVO DEL RIO, SV ERMANO ACABOSE AÑO DE 1696 y escudo de RIO”.
Las ánimas, por cierto en un número de trece, hombres y mujeres se encuentran en el purgatorio. Curiosamente entre ellas implorando se distingue: un rey con su corona, un papa y un obispo con la mitra.
Arriba en el cielo sobre el ángel, distinguimos las figuras de Cristo sujetando
la cruz y la de Dios Padre portando un libro, donde quizás figuren los nombres
de aquellos que se han de salvar y gozar eternamente de la presencia de Dios.
Son ayudados por dos figuras, el
Arcángel San Miguel y San Nicolás de Tolentino con aureola y capa negra tachonada de
estrellas. Dándoles las manos conducen las almas de los hombres ante el Dios supremo, a ese Juicio Final.
Quizás el contemplar estas bellas pinturas determinó el
destino hacía el arte, de una familia de este pueblo, de apellido “Martínez del Barranco”. Apellido con
ascendientes asentado en los libros becerro del Solar de Tejada.
Quizás esas pinturas también influyeran en otro pintor, Julio Pérez
Palacios, nacido en la Cuesta. (La Cuesta, Soria. 1903 - Sevilla.
1976)
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