Molinos en la comunidad de Villa y Tierra de San Pedro Manrique, a mediados del siglo XVIII.

Me atraen esos edificios que se encuentran cerca de los cauces de los ríos, la mayoría de ellos en la actualidad, en estado ruinoso. Aceña o molino harinero de agua. 

Confieso que aunque ya cumplí los sesenta, no los he visto funcionar. Suelo preguntar por ellos a los más mayores, todos me hablan del papel tan importante que desempeñaban hasta mediados del siglo pasado. Aún recuerdan, los nombres o apodos de sus titulares y/o de los molineros, las distintas partes de que constaba o el proceso de molienda. Surgen los recuerdos, anécdotas y crónicas negras, o refranes: “De molinero cambiarás, pero de ladrón no escaparás”.

Una curiosidad, en las inmediaciones del pueblo de Fuentelárbol podemos ver ruedas de molino de cereal alineadas alrededor de una finca, es debido a la costumbre que existía en dicho pueblo de colocar una de ellas, por cada boda que allí se celebraba. Hace ya mucho tiempo que no se agrega ninguna.

Ha sido una necesidad ancestral el moler trigo y otros cereales, para la alimentación de personas y animales. El trigo para consumo humano, harina para hacer pan, un alimento de primera necesidad. El salvado, la cáscara del grano de cereal desmenuzada por la molienda, y la harina de cebada o centeno, mezclados con paja o berzas para los animales. Esa labor podríamos decir que se profesionalizó con el funcionamiento de los molinos harineros. Se cobraba en dinero o si era molino maquilero se percibía maquila por hacer la molienda. La maquila, la cantidad de grano o harina que se quedaba el molinero, el pago en especie por su trabajo.

Lógicamente, el número de molinos dependía de la población y sus necesidades. Siguiendo el título de esta entrada, enumeraré los existentes en la Comunidad de Villa y Tierra de San Pedro Manrique, a mediados del siglo XVIII. La fuente de información son las respuestas dadas, en los distintos pueblos, y reflejadas en el llamado catastro del Marques de la Ensenada.

Estas construcciones se edificaron en las inmediaciones del curso del río Linares (Oncala, El Collado, San Pedro Manrique, Vea y Villarijo), en su afluente el río Ventosa (Huérteles, Palacio de San Pedro y Ventosa de San Pedro) y en el Arroyo de la Canal, afluente del Ventosa, (Montaves), así como en el río Valdeprado, afluente del Alhama, (Valdeprado).

Los molinos existentes en ese momento eran:

Oncala. En el término de este pueblo hay un molino harinero de una muela, que muele de represa sólo tres meses al año, que es propio de Antonio Muñoz, vecino de este lugar, el que tiene arrendado Custodio Martínez por el que le paga de renta anual ocho fanegas de trigo, quedándole de utilidad al dicho Custodio Martínez al año, ciento veinte reales de vellón.

El Collado. Hay un molino harinero de una muela que muele en invierno de represa, que es propio de Don Juan Jiménez Barrio, vecino de el lugar de Oncala, el que tiene en arrendamiento Pedro Martínez, vecino de dicho lugar, por el que paga de renta al año doce fanegas de trigo común, que rebajada le consideran de utilidad al dicho rentero al año, ciento veinte reales de vellón.

San Pedro Manrique. En el término de esta villa hay seis molinos harineros de agua de una muela cada uno que muelen de represa, y uno que se halla cerrado hace algunos años; que éste y el que tiene arrendado Manuel Ximénez, vecino de esta villa, son propios de el mayorazgo que al presente obtiene y administra doña Ángela Sánchez Samaniego, viuda, vecina de esta villa, que por el que se halla andante paga de renta anual el susodicho treinta fanegas de trigo común, que bajada dicha renta regulan lo que da de utilidad a el año, a el nominado Manuel Ximénez, seiscientos reales vellón, y que si se arrendase el otro, que se halla cerrado, rentaría a el año veinticuatro fanegas de trigo común.

El otro pertenece a la capellanía que en la iglesia de San Martín de esta villa fundó don Francisco Blázquez Malo, vecino que fue de ella, para la Misa de Alba, el que tiene arrendado Domingo García, vecino de esta villa, por el que paga de renta anual treinta y tres fanegas de trigo común, que bajada regulan lo que da de utilidad anualmente seiscientos reales vellón.

El otro pertenece a la capellanía que en dicha iglesia fundó don Pedro Palacios, el que tiene arrendado Bernabé González, vecino de esta villa, por el que paga de renta anual veintiséis fanegas de trigo común, que bajada le quedan de utilidad cada un año cuatrocientos cincuenta reales de vellón.

Otro pertenece a don Melchor Rodríguez Carabantes, vecino de esta villa, el que tiene en arrendamiento Juan Antonio Ximénez, vecino de esta villa, por el que paga de renta anual veinte y cuatro fanegas de trigo común, que rebajadas regulan lo que da de utilidad a el año cuatrocientos reales vellón.

El otro pertenece a don Juan Manuel de Cereceda, vecino de esta villa, dos partes, otras dos a don Roque de Cereceda, vecino del lugar de Maya, jurisdicción de la de Yanguas y otra parte a la fundación de doña Ana de Camporedondo, vecina que fue de esta villa, el que tiene en arrendamiento Juan Ximénez, vecino de ella, por el que paga de renta anual veinte fanegas de trigo común a él respecto de cuatro fanegas cada parte, que rebajada regulan lo que da de utilidad anualmente quinientos reales vellón. 

Y el otro pertenece a la capellanía que en la iglesia de San Martín fundó el familiar don Martín Beltrán, vecino que fue de esta villa, el que tiene en arrendamiento Joseph López Garijo, vecino de ella, por el que paga de renta anual treinta y seis fanegas de trigo común, que bajada regulan lo que da de utilidad al año seiscientos reales vellón. 

Hay cuatro batanes, el uno cerrado sin uso, propio de la capellanía fundada por don Antonio Ximénez presbítero beneficiado de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Peña de esta villa. El otro es propio de Joseph del Rincón, vecino de esta villa, quien se lo administra por si. El otro pertenece a Ángela López del Prado, viuda vecina de esta villa, el que tiene en arrendamiento Manuel López de la Cuadra. Y el otro es propio de Ana María Sáenz de Rodrigañez, viuda vecina de esta villa, la que se lo administra por si.

Un lavadero para beneficiar y lavar lanas finas propio del mayorazgo que obtiene doña Ángela Sánchez Samaniego, viuda, vecina de esta villa, el que administra por si dicha señora.

Y un tinte propio del mayorazgo que fundó Jorge de Gante, vecino que fue de esta villa, y al presente obtiene dicha Ángela, el que tiene en arrendamiento Blas Ximénez, vecino de ella.

Vea. En el término de este lugar hay dos molinos harineros, que el bajero es propio del concejo y vecinos de ély lo tiene arrendado Juan León Rojo, su vecino, por el que paga de renta anual doscientos noventa reales de vellón, a quien bajada regulan lo que da de utilidad al año quinientos cincuenta reales de vellón. Y el otro que llaman de la media Legua, es propio de Diego León, vecino de este dicho lugar, quien se lo administra por si, en el que regulan quedarle de utilidad anual, mil y cien reales vellón.


VillarijoEn el término de este lugar hay un molino harinero que tiene y muele sólo con una muela de represa, que pertenece de seis partes dos a los beneficiados de la iglesia parroquial de San Martín de la villa de San Pedro, otras dos al capellán de la misa de Alba fundada en dicha iglesia, una parte a Josep López vecino de la expresada villa, y la otra parte a la Casa Santa de Jerusalén, el que está arrendado en doce fanegas de trigo común al año, que al molinero regulan quedarle de utilidad al año quinientos noventa y cuatro reales vellón.   

Huérteles. En el término de este lugar hay un molino harinero sito en el río de él, que tiene solo una muela y muele de represa en tiempo de invierno, desde el mes de diciembre hasta abril, propio de don Manuel de Balmaseda que administra por si, que regulan su utilidad al año en seiscientos reales vellón. Tiene un criado en el molino. 

Montaves. Hay un molino harinero que tiene solo una muela y muele de represa, propio de la capellanía que fundó Martín Beltrán, vecino que fue de la villa de San Pedro, que tiene arrendado Santiago Sánchez de Lara, vecino de ella por el que paga de renta en cada un año ocho fanegas de trigo, quedándole de utilidad al dicho Santiago anualmente ciento y cincuenta reales vellón.  

Palacio de San Pedro. En el término de este lugar hay un molino harinero de una muela propio de las ánimas de este lugar, el que hace dos años que no está andante, por haberse deteriorado y no tiene rentas para poderse reparar, y si se pusiera andante rentaría ocho fanegas de trigo común.

Ventosa de San PedroHay un molino harinero que tiene una muela y muele medio año de represa, y es propio su mitad de las ánimas de este lugar y la otra mitad de Juan Ignacio Hernández, Pascual Calvo menor, Marcos Calvo, Ángela Calvo, vecinos de este lugar, y de Juan Berdonces del de Palacio, el cual dicho molino lo tiene arrendado dicho Marcos Calvo, por el que paga de renta doce fanegas de trigo común al año, en el que le queda de utilidad al expresado molinero anualmente trecientos y veinte y cinco reales vellón. 

ValdepradoHay dos molinos harineros, que muelen cada uno con una muela. El primero es propio su mitad de Juan Esteban Ximénez y de la otra mitad, las dos partes de Juan Zamora y la otra de Juan Pérez Orte, todos vecinos de este lugar. Y el otro que llaman el bajero de Juan Pérez Orte, vecino de este lugar, los que se administran por si dichos dueños


Caminos de herradura para la movilidad de personas y mercancías, de un pueblo a otro vecino, o hasta la villa. Calzadas y puentes para llevar a los molinos los cereales de los pueblos cercanos. Caballerías cargadas de talegas con grano, recuas con ocho gavillas, de esparceta y en ocasiones de alfalfa, cuatro a cada lado en las artolas. Viajes de ida y vuelta.

Niños de los molinos, río arriba, van camino de la escuela de San Pedro Manrique, niños de la Media Legua se dirigen a la escuela de Vea. Viajes de ida y vuelta.

Interesante y necesario sería el desarrollar unos itinerarios por estos molinos de agua. “Molinos del Linares y sus tributarios” podría ser su nombre. Un complemento a la ruta ya existente de “Los pueblos abandonados”. Edificios y puentes, arquitectura serrana admirada, bello paisaje,  y caminos nuevamente transitados.


Si se adquiriera y recuperara, para utilidad pública, aunque sólo fuera un molino, si se pusiera en funcionamiento de forma ocasional, tendríamos un atractivo más para el desarrollo del turismo de la zona. Podría desempeñar, así mismo, una labor pedagógica y didáctica, un complemento para la educación y enseñanza, de las nuevas generaciones.


En próximas entradas hablaré de la molienda, de las partes del molino, de los que actualmente existen en el curso del río Linares y del estado en que se encuentran.

2 comentarios:

  1. Qué maravilla y muy bien explicado 😊había un molino en cada pueblito de donde eran mis bisabuelos y tatarabuelos,El Collado, Oncala ,Huérteles y Montaves !Gracias por contar tantas cosas para saber más de ellos !!😊

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