En esta entrada el protagonista será uno de los muchos soldados sorianos que fueron destinados a tierras africanas a combatir en la guerra del Rif, su nombre León Hernández Barahona, que murió a consecuencia de una penosa y larga enfermedad, en el Hospital provincial de Soria. (*)
Era un diecinueve de febrero de 1922, en la Casa Consistorial de la ciudad de Soria, se produce el sorteo de los mozos del remplazo correspondientes a ese año. Con el número 19 de los 79 mozos elegidos, aparece León Hernández Barahona.
El destino, África, coche, tren y por primera vez vería el mar. Cruel destino, legionario de la primera bandera del Tercio Extranjero, y al frente a combatir. En tierras africanas enfermó y vuelta a ver otra vez el mar, repatriado camino a la tierra que le vio nacer.
El 7 de noviembre de 1922 llegó a Soria en el tren correo el legionario licenciado León Hernández. A recibirlo en la estación, salió una Sección de señoritas de la Cruz Roja y varios señores de la Junta Patriótica los cuales atendieron cumplidamente al heroico soldado y fue obsequiado en el Hotel Comercio. En vista del brillante comportamiento de este veterano, que ha intervenido constantemente en la campaña africana, tomando parte en 62 acciones y teniendo presente la enfermedad que sufre, la Junta acordó por unanimidad hacerle un donativo único de 75 pesetas y una pensión de 1,50 pesetas al mes.
Pasó el crudo invierno soriano, la humilde primavera también llegó a su fin. La penosa y larga enfermedad continuó avanzando, hasta llegar el mes de julio, cuando se produce la muerte del legionario.
A los 21 años y después de regresar de la activa campaña de África y llevar seis meses enfermo en el Hospital Provincial de Soria, el 11 de julio de 1923 falleció cristianamente el soldado legionario de la primera bandera del Tercio Extranjero, León Hernández Barahona, natural de Soria, huérfano y sin más amparo que el de su hermana y el esposo de esta M. Bravo, pobres en la mayor pobreza, que le podían dar débil alivio en su lamentable situación.
El entierro fue presidido por el hermano político del finado don M. Bravo, otros familiares y representantes de las autoridades civiles y militares, caballeros de la Cruz Roja y de la Junta Patriótica, asistiendo al acto la banda de música provincial y numeroso público. Descanse en paz.
La sección de caballeros de la Cruz Roja de esta capital ha socorrido a estos desamparados con 20 pesetas, sin poder disponer de más, se cree que también las Damas les socorrerán y la Junta Patriótica Provincial.
En la reunión de la Junta Patriótica de 21 de julio de 1923 se aprobó la determinación de contribuir a satisfacer los gastos de entierro y funeral y la asistencia, en unión de la Junta de Damas de la Cruz Roja, a los actos fúnebres celebrados con motivo del fallecimiento en el Hospital, del soldado legionario, así como la adquisición de sepultura perpetua para León Hernández Barahona.
La familia del malogrado legionario muestra su gratitud a cuantas entidades y personas le han prodigado auxilio y consuelos.
Así comenzaba la crónica del periódico el avisador numantino del día 14 de noviembre de 1925: "Ayer, en la I.I. Colegial de San Pedro, de esta ciudad, verificáronse solemnes funerales organizados por la Junta Patriótica soriana de socorros a los soldados, en honor de los héroes fallecidos en la guerra. …
Se cantó un Te Deum en honor de gracias por el éxito de las últimas operaciones y celebrose el oficio de difuntos con toda solemnidad,...
Después de los actos fúnebres desfilaron las autoridades, invitados, niños de las escuelas, alumnos de los Centros docentes y pueblo, ante el catafalco que se levantaba en el centro de la iglesia cubierto con la enseña de la Patria, sobre la cual aparecía la venera de la Cruz laureada de San Fernando.
Todos depositaron flores y laureles que luego la comisión organizadora trasladó al cementerio, arrojándolos sobre la tumba del legionario soriano León Hernández, enterrado en el cementerio católico de la ciudad".
En la tierra que lo cubre, también reposan los restos mortales de los suyos. Sobre el mármol en el patio de San Saturio del Cementerio Municipal “El Espino” de Soria, aún se depositan flores.
(*) Nombre de otros soldados que regresaron a la provincia de Soria y fallecieron:
En Cabrejas del Pinar el soldado Guillermo López Iglesia por enfermedad contraída en campaña.
En Muriel de la Fuente el soldado licenciado por enfermo Sixto Boillo López.
En el pueblo de Nafría la Llana el soldado repatriado Modesto Soria López, que vino a su pueblo muy enfermo con licencia.
En Villabuena Claudio Hernández Perlado por enfermedad contraída en la campaña.
En Tardelcuende el cabo Fernando Boillos Guisado licenciado por inútil como enfermo.
En San Andrés de Soria víctima de enfermedad contraída en la campaña de África el soldado licenciado Isidoro Vitoria Fernández.
En Duruelo de la Sierra Guillermo Vicente Bartolomé donde se hallaba gravemente enfermo como soldado repatriado de la campaña de África.
En Almazán Melquiades Latorre Andrés, licenciado por la enfermedad contraída en África.
En el Hospital Provincial de Soria León Hernández Barahona, víctima de una penosa y larga enfermedad.
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