Soria romántica. La ruta continua.

Atrás queda la iglesia del evangelista. Continuemos por esa calle Caballeros, morada en tiempos de apellidos nobles. Apellidos de la Casa Troncal de los Doce Linajes, esos doce linajes representados en rueda, para que así no haya preferencia entre ellos.
Arriba queda Nuestra Señora del Espino junto al cementerio, en la falda del castillo. Virgen del Espino, morena y milagrosa, y en otros tiempo venerada patrona. Caminemos con sosiego, con quietud en nuestros pasos. 
En el exterior en piedra los símbolos del peregrino, concha, bastón y calabaza. Otro camino de Santiago. Otro viaje personal que hemos de recorrer. El camino y el caminar. Arte, poesía y naturaleza.  
Restos de un olmo viejo, olmo que no dará sombra. Y clavado en su tronco carcomido, bello poema machadiano. Letras que son sentimientos, sentimientos que son deseos: “Mi corazón espera también, hacia la luz y hacia la vida, otro milagro de la primavera”. 
A escasos metros, el cementerio antiguo. Polvo a la tierra sagrada de los creyentes. Y la tumba de Leonor Izquierdo, el mármol de la amada. Buzón transmisor de sentimientos y a los pies hermosas palabras de su esposo, don Antonio. “Mi niña quedó tranquila dolido mi corazón, ¡Ay, lo que la muerte ha roto era un hilo entre los dos!.”
Senda de madera a recorrer, del Espino hasta el ahora parque del castillo. Zona verde y naturaleza para disfrutar. Una parada en el Monumento al Sagrado Corazón de Jesús. Fuente y piedra de Valonsadero, de ese  monte sagrado de los sorianos. Y bella vista de la ciudad castellana.

Arriba el castillo arruinado. Guerra de la independencia, enfrentamiento militar y voladuras preventivas. Murallas, castillo e iglesias. José Joaquín Durán.
 "Soria fría, Soria pura
       cabeza de Extremadura,
      con su castillo guerrero
            arruinado, sobre el Duero;
      con sus murallas roídas
           y sus casas ennegrecidas."
        A. Machado.
Miradores de parada obligatoria, parador de ilustre nombre y gente paseando. A lo lejos la Numancia de la libertad, abajo la cueva del patrón. montes de leyendas, paseos inspiradores, ...
“Ese monte que hoy llaman de las ánimas, pertenecía a los Templarios, cuyo convento ves allí, a la margen del río. Los Templarios eran guerreros y religiosos a la vez. Conquistada Soria a los árabes, el rey los hizo venir de lejanas tierras para defender la ciudad por la parte del puente, haciendo en ello notable agravio a sus nobles de Castilla; que así hubieran solos sabido defenderla como solos la conquistaron.”  Gustavo Adolfo Bécquer.
Buen día a veces contestado y otras ignorado. A veces una sonrisa cómplice, a veces una mirada indirecta y a veces unas gotas de sudor compartido. Y otras veces el silencio.
"¿Por qué cierras los ojos? ¿Ves mejor así el Duero?
Calla. ¿Le oyes? Por huertas de Templarios asoma,
la presa airosa salta, tuerce su cauce huidero;
con voluntad sonora
limita, impulsa, espeja y ríe y llora..”
Gerardo Diego.
Y otra senda a recorrer. Carretera de las Siete Curvas. Pasarela del castillo hasta la Fuente de la Paciencia, hasta las márgenes del río. En el camino tierra removida, quizás los restos de San Martín de la Cuesta. Ayuntamiento de Soria, fondos económicos para  patrimonio oculto. Arqueología y puesta en valor.
"Pintaría las márgenes del Duero
con el puente, la fábrica, la presa, el lavadero,
y aquel alero, aquel balcón
y aquella casa que parece de cartón. 
Y todas las siluetas, las amadas siluetas
de tus torres manchadas del poniente sangriento.
Y así otros mil motivos en otras mil viñetas
para guardarte íntegra tal como yo te siento.”
Gerardo Diego.
Pero ahora el ganado a su aire, como dice un buen amigo. Cada uno haciendo su propio camino al andar. Cada uno con sus historias, sus pensamientos y sus anhelos. Sin profetas de la nada a quien seguir, sin poseedores de una verdad irreal de modelo, sin inmiscuirse en realidades personales que se desconocen. Soria de los sueños en mundo globalizado y enriquecedor. Soria romántica, sin blanco ni negro, sin conmigo ni contra mí. La Soria de los poetas, la de la naturaleza y el arte, la Soria del pueblo.



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