GUERRA DE MELILLA AÑO 1909 (IV). LA JUNTA PATRIÓTICA DE LA PROVINCIA DE SORIA. SOCORROS Y PENSIONES.

La Junta Patriótica provincial de Soria, con los fondos obtenidos de la suscripción popular y según había acordado en la sesión de constitución, procedió a auxiliar a los familiares y soldados hijos de esta provincia.

Ayudas concedidas:

1.- Un colectivo a socorrer fue el de los familiares de los reservistas, con independencia del lugar donde estuvieran destinados. Se acordó concederles una pensión de una peseta diaria. Las pensiones se abonan, a cada familia o individuo, desde el día que la Junta las conceda, pagándose por mensualidades adelantadas a primero de mes. Pero este socorro únicamente se otorga a los padres ancianos y pobres de los reservistas, y a las esposas de estos. Deberán presentar instancia solicitando la pensión, informada favorablemente por las autoridades, es decir debiendo adjuntar informe del Sr. Cura párroco y Alcalde. En la primera sesión que celebró la Junta, el día 24 de agosto de 1909, ya se toman acuerdos favorables en este sentido. En total fueron diecisiete las familias de reservistas beneficiarias de esta pensión. (1).

2.- Donativos de la junta a las familias de aquellos que murieron gloriosamente en el campo de batalla o a consecuencia de ella, en los hospitales o repatriados. Se conceden doscientas pesetas a los padres o esposas de estos militares muertos. Las perciben familiares de soldados de apellido: Ortega, Latorre, de Miguel, Zayas, del Amo, Elvira, Lázaro, Crespo, Macarrón, Navas, … (2).

3.- Ayudas a los repatriados. La Junta acordó dejar a la iniciativa de la Cruz Roja de Soria todo lo referente al auxilio y conducción de los soldados heridos que puedan regresar de la campaña. De aquellos repatriados con licencia por enfermedad o dados de baja para el servicio, inutilizados en la campaña o por enfermedad contraída en la misma, sufragando los gastos ocasionados con los fondos de la suscripción.  
La Junta concede ayudas económicas entre los heridos enfermos que regresan, variando la cuantía según los casos. Así. al soldado Placido Martínez, de Chaorna, que regresó de la campaña, usando licencia por enfermedad durante los tres meses, es huérfano y solicitó socorro para atender al restablecimiento de su salud, le fue concedido un donativo de 100 pesetas. O al soldado Buenaventura Machín las Heras, del pueblo de Barca, que regresó de Melilla enfermo, con licencia por cuatro meses para restablecerse, hijo de padres pobres, se le otorga el donativo por una sola vez, de 125 pesetas. 
También la Junta concede ayudas  económicas de 250 pesetas a los repatriados como inútiles totales. Se abonan entre otros: al soldado Román Soria Rubio del pueblo de La Cuenca, al soldado Federico Elvira Bartolmé de Pinilla del Olmo o al soldado Marcelino Hernández García, natural de Portelrubio.

4.- A las familias de individuos que estando disfrutando licencia ilimitada y no habiendo alegado en tiempo oportuno las excepciones legales que les asisten, se les auxilia mientras las excepciones alegadas ahora, se tramiten y resuelvan. Es el caso de Justa Hernández Sancho, anciana, viuda y pobre, de Deza, madre de Jorge Martínez Hernández, incorporado y que por la Comisión mixta, se aceptó, la excepción alegada y que por tanto regresará a su casa, se le concede como socorro de una sola vez de treinta pesetas.


5.- La Noche-Buena del soldado.

En la sesión de la Junta Provincial Ejecutiva del día 22 de noviembre de 1909, se acordó que para el día de Navidad se les facilite un socorro en metálico a los soldados de Soria y provincia. Se fija la cuota de un duro y al existir fondos no apelan a una nueva suscripción.

Para llevar a efecto el acuerdo deciden solicitar la relación de soldados al Sr. Coronel D. Joaquín Martínez García, natural de Almazán, del Regimiento de Guipúzcoa en Melilla. Quien envía la lista detallada de éstos y acepta la representación de la Junta, encargándose del reparto de las cinco pesetas que como aguinaldo recibirán, en la próxima Noche-Buena, cada uno de los soldados sorianos en campaña. Se acuerda otorgarle un expresivo voto de gracias, así como al Sr. Gobernador Militar de esta plaza, y al vocal de la comisión, Ignacio Caballero, que propuso la idea.

En el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, de 5 de diciembre de 1909, se publica una Circular sobre el licenciamiento de los reservistas. “Excmo. Sr.: El Rey (q.D.g.) ha tenido a bien resolver sean licenciados las clases e individuos de tropa pertenecientes a la reserva activa que sirven en el ejército, comenzando por los pertenecientes a los Cuerpos que están en África, y continuando con los que están en la Península, con la condición precisa que estén todos en sus hogares para el 15 del mes corriente”. 

Van llegando los reservistas a la provincia, son repatriados aquellos que se incorporaron a filas con motivo de la guerra del Rif. En la fecha para el abono del socorro, hay soldados en campaña y reservistas que ya han regresado a la provincia.

Los que todavía se encontraban en campaña, lo perciben por mediación del Coronel don Joaquín Martínez García. En enero de 1910 se giran a doña Teodosia Diez Ramírez de Palencia, 350 pesetas que es el importe de los 70 socorros que su marido D. Joaquín Martínez, ha repartido a los soldados, hijos de esta provincia en nombre de la Junta. 

Para abonárselos a aquellos que ya han regresado, la Junta en sesión del 16 de diciembre, acuerda rogar a los señores alcaldes, pongan en su conocimiento los nombres de los reservistas que vayan regresando a sus respectivos pueblos. Al mismo tiempo ruega y encarga a dichos señores alcaldes que por cuenta de la misma, entreguen en la próxima Nochebuena cinco pesetas a cada individuo que habiendo estado en la actual campaña o en filas como consecuencia de ella se encuentren dicho día de regreso en el pueblo. Recogiendo el oportuno recibo y remitiéndolo al Presidente de esta Junta para el oportuno reintegro. Para conocimiento de los alcaldes se publica una circular, de fecha 17 de diciembre de 1909, firmada por El Presidente don Francisco García del Valle. En cumplimiento de la citada circular fue abonado por los Alcaldes el citado aguinaldo. (3).  

En el reparto del socorro hubo algunos problemas que la Junta solucionó. Soldados de Cazadores de Barcelona y Mérida, en número de 112, reclamaron el aguinaldo a los soldados sorianos que se encontrasen en diciembre en Melilla, y que ellos no percibieron por regresar a Barcelona el día 23 de diciembre del expresado mes. Se acordó solicitar de los jefes de los citados Batallones una relación de los soldados de Soria que hayan estado en campaña, compulsarla con la que envió el coronel Martínez, y entregar las cinco pesetas a los que a ellas tengan derecho. A varios soldados de Ingenieros que no percibieron las cinco pesetas de aguinaldo, se acuerda entregárselas, una vez hecha la justificación necesaria. …


Disolución de la Junta patriótica:

En enero de 1910 la Comisión Ejecutiva propone al presidente de la Junta General que convoque a ésta para tratar el cierre de la suscripción, inversión que ha de darse a los fondos, y rendir cuenta a la misma de los gastos efectuados. La Junta General de socorros se reúne en marzo, aprobando la memoria de la actuación de la Comisión, elaborada por el Secretario y Tesorero. Y acuerdan, así mismo, que no era necesario reunir nuevamente a la Junta para dar cuenta de los trabajos finales de la Comisión, facultándole a aquella de manera concluyente y definitiva.

En base a la anterior autorización, el día 12 de marzo de 1910 la Comisión celebró sesión para tratar de la inversión de fondos existentes en Caja. Se adoptaron los acuerdos siguientes:

1º A partir de primero de abril próximo, quedaran suprimidas las pensiones que se venían pagando, sustituyéndose las que por acuerdo de la Comisión Ejecutiva hubieren de subsistir, por un donativo único.   

2º En justo agradecimiento a la Cruz Roja de Soria por los servicios prestados a la Junta Provincial de Socorros con ocasión del regreso de soldados de esta provincia, se le entregará un donativo de 500 pesetas con destino a sus fines humanitarios.     

3º Aunque la Campaña de Melilla se ha dado por terminada, no habiendo concluido aún las hostilidades con los rifeños, se reserve en poder de la Tesorería de la Comisión Ejecutiva hasta el día 31 de diciembre de 1910, la suma de 7.500 pesetas para atender a socorros que pudieran necesitar soldados enfermos o heridos que actualmente se encuentren en hospitales.    

4º El remanente de fondos, hechas las anteriores deducciones, se distribuirá en equitativa proporción, con arreglo a lo que resulte del examen de expedientes y otros datos que la Comisión juzgue necesarios aportar, entre las familias de soldados fallecidos, de los enfermos, heridos e inutilizados. En base a ello en abril se dispuso que sean entregadas 500 pesetas a cada una de las familias de soldados muertos en campaña o en hospitales o sus pueblos, por efecto de heridas recibidas en acción, debiéndose tener presente que este acuerdo, tan solo tiene validez a estos efectos, previo examen de los expedientes, de los soldados ya fallecidos, de los cuales se tiene noticias hasta la fecha en que se tomó este acuerdo.   

5º Transcurrido el citado 31 de diciembre de este año, en el caso de que no hayan sido empleados la totalidad de los fondos, se haga un último reparto, a menos, que sucesos extraordinarios relacionados con la Campaña de Melilla, hagan tomar otra resolución o acuerdo. Teniendo en cuenta que no se destinarán dichos fondos a otro objeto que al que fueron entregados por todos los donantes cuando se verificó la suscripción pública en Soria y provincia.  

Una vez que pasó la fecha del treinta y uno de diciembre la Comisión ejecutiva se reunió el día 10 de febrero de 1911. El objetivo de la reunión era acordar la distribución de las cantidades depositadas en Tesorería entre las familias de los soldados fallecidos en campaña, heridos e inútiles a consecuencia de la misma y dar por terminada la gestión de la Junta. 

Se acordó abonar los siguientes donativos (4) y decidiendo también, que el remanente de fondos, hecho el reparto anterior, se invierta en valores de la Deuda perpetua interior al 4 por ciento para los fines siguientes:

El capital no comprometido, que fue de 5.000 pesetas, se depositará en el Banco de España a nombre de la Excma. Diputación Provincial de Soria, para que sirva de primera partida si llegara el caso de abrir nueva suscripción con motivo de guerra y con destino a soldados hijos de esta provincia. 

En agosto de 1921, se constituye una nueva Junta Patriótica Provincial para obtener e invertir fondos destinados a socorrer a los soldados heridos, enfermos y familias de soldados muertos en la Guerra del Rif. La Segunda Guerra de Marruecos ya había comenzado. Para la nueva suscripción, la Excelentísima Diputación provincial aporta el título de deuda de 5.000 pesetas y 42,10 de intereses del mismo, que obran en poder del señor depositario de fondos provinciales. 

Los intereses que devenguen los citados valores se destinarán anualmente y en las fechas que designe la Corporación provincial, a premiar el trabajo y la abnegación, ejercidos por hijos de Soria y su provincia, de ambos sexos, en dos premios de igual cantidad. 

Premios que sufrieron diversas vicisitudes, sin llegar a otorgarse todos los años. Así en el año 1914 y por causas excepcionales, no pudieron realizarse por primera vez en los festejos de San Saturio. En julio de 1915, en sesión plenaria del Ayuntamiento de Soria, a propuesta del Sr. Aparicio e iniciativa del Noticiero de Soria, se acordó organizar para las próximas fiestas de San Saturio el otorgamiento del premio a la virtud y al trabajo en Soria y la provincia, con los intereses del dinero que la extinguida Junta Patriótica provincial entregó para tal efecto a Diputación. Para ello se pondrán de acuerdo ambas instituciones. 

El sobrante que resulte, cumplidos los anteriores acuerdos, se entregará para beneficio de los humanitarios fines de la Cruz Roja de Soria.

Y finalmente se acordó quedar de hecho disuelta esta Junta Patriótica Provincial, concediéndose por unanimidad un expresivo voto de gracias al Tesorero de la misma Ignacio Caballero, al Secretario don Luis Posada y al auxiliar Ignacio Riera, por su celo e inteligencia en sus cargos bien laboriosos, así como a la Cruz Roja por su cooperación.


Sirvan estas entradas como un modesto homenaje a aquellos sorianos que lucharon en la guerra de Melilla del año 1909. 




(1) En la primera sesión que celebró la Junta, el día 24 de agosto de 1909, se concedió la pensión de una peseta diaria: a Margarita Rodrigo Sobrino (Velamazán), residente en Almazán, esposa de Julián Muñoz Ballesteros; a Maximina Lumbreras Calvo, de Ólvega, esposa de Justo Villar Calvo; a María Calvo Gil, de Ólvega, esposa de Doroteo Lapeña Calavia y a Justa Hernández Sancho, de Deza, madre de Jorge Martínez Hernández. En sucesivas reuniones de la Junta se conceden: a Segunda Valero, anciana y enferma, vecina de Soria, como madre de Eduardo García Valero; a Felisa Ortego, de Villasayas, esposa de Avelino Gil Ortego; a Vicenta Izquierdo, de San Pedro Manrique, esposa de Florencio Ortega; a Juliana Mateo Sanz, de la Cuenca, esposa de Ramón Gonzalo Gil; a Marcelina Gonzalo, de Torreblacos, esposa de Lorenzo Frías Ortega; a Petra Berzosa, de Santervás del Burgo, esposa de Gregorio Antón Benito; a Santos Córdoba Ruiz, de Fuentestrún, esposa de Ambrosio Tutor Gil; a Felipe Latorre Domínguez, de Martialay, como padre de Tomas Latorre Gallardo; a Benito Ruiz Martínez, de Soria ciudad, padre de Perfecto Ruiz Giménez; a Ignacia Mateo Machín, de Adradas, esposa de Braulio Gutiérrez Machín; a Bonifacio Zapatero, de la Muedra, padre de Anastasio Zapatero Galán; a Victoria Sanz Peña, de Canicosa (Burgos), esposa del reservista Raimundo Rupérez de San Leonardo, ….


(2) Donativos a familiares de militares muertos. 1.- A Guillermo Ortega, de Bliecos, padre del soldado del Batallón de cazadores Mérida núm. 13 Ignacio Ortega Jiménez, muerto en el campo de batalla en la acción del 20 de julio. 2.- A Pedro Latorre Poza, de Zayas de Torre, padre del soldado del Batallón de Cazadores de Barcelona, número 3, Vicente Latorre Iglesias, muerto en el campo de batalla el 18 de julio. 3.- A Severiano de Miguel, padre del soldado Jacinto de Miguel Marco, Batallón de cazadores Mérida núm. 13, muerto gloriosamente en las avanzadas de Sidi-Musa el 20 de julio. 4.- A Saturnino Crespo, de Bayubas de Abajo, padre del soldado Ignacio Crespo Ransanz, del Batallón de cazadores Barcelona núm.3, que en el combate del día 18 recibió un balazo en el vientre y falleciendo en el mismo día. 5.- A Esteban Zayas Rubiales, de Alcoba de la Torre, como padre del soldado del Regimiento de Infantería de León, núm. 38, muerto en campaña Bernardo Zayas Barcones. 6.- A Isabel Lucas, residente en Madrid, natural de Fuentearmegil, que notifica haber hallado gloriosamente muerte su hijo Rufino del Amo Lucas, soldado del Regimiento Infantería del Rey, núm. 1, natural de Bóos. Es el alcalde de Madrid señor Francos Rodríguez quien le entregó a Isabel Lucas, las doscientas cincuenta pesetas que a tal efecto se habían remitido. 7.- A Celestino Elvira, de Pinilla del Olmo, padre del soldado fallecido Federico Elvira Bartolomé, soldado de la primera Compañía de Cazadores de Mérida. Había sido repatriado como inútil total por tuberculosis contraída en campaña y falleció en su pueblo natal. Se le otorga igual cantidad que a las familias de los que han perecido en campaña. 8.- A Juliana, Francisca y María Lázaro Jiménez, que atendieron durante la enfermedad a su hermano Benito Lázaro Jiménezy que falleció en su pueblo natal de Renieblas, pertenecía al Batallón de Cazadores de Barcelona núm. 3. 9.- A Santiago Navas, padre del soldado Juan Navas Aylagas, de Nafría de Ucero, del Batallón de cazadores Barcelona núm. 3 . 10.- A Juan Macarrón padre del cabo Esteban Macarrón Cabrerizo, del Batallón de cazadores Arapiles 9.


 (3) Se hacen los abonos y se acuerda reintegrar las cantidades a los Alcaldes de los pueblos, que en nombre de la Junta, han socorrido a los reservistas. Entre otros fueron abonados a: 1.- Julián Martín, de Nafría de Ucero. 2.- Andrés Gil Ortega de Villasayas. 3.- Salustiano Gutiérrez Martínez de Cobertelada. 4.- Pascual Montuenga de Arcos. 5.- Germán Dulce de Arcos. 6.- Marcelino Hernández de Poltelrubio. 7.- Feliciano Ortega Arribas de Vildé. 8.- Pedro Colorino Mazalvete de Pozalmuro. 9.- Justo Villar Calvo de Ólvega. 10.- Doroteo Lapeña de Ólvega. 11.- Felipe Hernández de Valdemoro. 12.- Pedro Gordo Martínez de Revollar. 13.- Celestino Hernández de Oncala. 14.- Juan Marco Martínez de Molinos de Duero. 15.- Damaso Martínez Calleja de La Vega. 16.- Buenaventura Machín de Barca. …


(4) Se acuerda conceder donativos para los padres de soldados fallecidos en campaña o de resultas de ella: 1.- A Pedro Latorre Poza, 150 pesetas (soldado Vicente Latorre Iglesias). 2.- A Guillermo Ortega, 100 pesetas (soldado Ignacio Ortega Jiménez). 3.- A Severiano de Miguel, 200 pesetas (cabo Jacinto de Miguel Marco). 4.- A Saturnino Crespo, 200 pesetas (soldado Ignacio Crespo Ransanz). 5.- A Juan Macarrón, 200 pesetas (cabo Esteban Macarrón Cabrerizo). 6.- A Santiago Navas, 150 pesetas (soldado Juan Navas Aylagas). 7.- A Celestino Elvira, 250 pesetas (soldado fallecido Federico Elvira Bartolomé). 8.- A Esteban Zayas Rubiales, 150 pesetas (soldado Bernardo Zayas Barcones). 9.- A Isabel de Lucas 200 pesetas (soldado Rufino del Amo Lucas). Como fallecido: 10.- A Benito Lázaro Jiménez, 500 pesetas, que las percibirán por partes iguales, sus hermanas Juliana, Francisca y María. Como inútiles: 11.- A Marcelino Hernández García, 500 pesetas. 12.- A Eusebio Álvarez 100 pesetas. Como enfermo: 13.- A Eduardo García Valero, 100 pesetas que las recibirá su madre ciega Segunda Valero de la Iglesia.

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